Poema con vocación de dispensario.

Conozco los remedios, en teoría:

Doscientas veintisiete palabras para denominar pasión y consuelo.

Tres mil trescientos dieciséis remedios para remendar corazones descosidos.

Cuarenta y dos recetas optimistas para preparar bálsamos y ungüentos con los que despiertan los espíritus dormidos.

Veintitrés ingredientes que combinados convenientemente son un específico contra la erisipela del alma.

Siete pócimas de tomillo, verbena y hierba luisa y letrillas de conjuros en endecasílabos para serenar hiperactivas angustias.

Mil y treinta y siete técnicas para reparar el estuco de las salas de espera en las consultas de los doctores amor.

Advierto los signos de la quimera equívoca; y las invenciones de las figuras nocturnas en la pared en las húmedas gargantas de los pasillos de cada mazmorra sombría con mi inteligencia impresionable.

Esta suposición resulta una trampa de acero en la apariencia:

Frecuento la teoría, y dispongo de los medios,

fallando sin solución en la práctica.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La práctica en el día a día, pasito a paso se va haciendo. Ni pócimas, ni ungüentos, ni remedios milagrosos que curen, tan solo paciencia, constancia y trabajo para todo en esta vida. No hay más, ni menos pero por lo pronto es un consuelo....¿o no?
ybris ha dicho que…
Pues mucho mejor que la mayoría que no conoce tantos remedios ni, sobre todo, advierte los signos de la quimera equívoca e ignora que las sombras en la pared son invenciones.
En cuanto a que, a pesar de todo, se falle en la práctica, en realidad igual que todos.
Claro que si hablamos de modo de decirlo no cabe duda de que eres único.

Un abrazo.
Anónimo ha dicho que…
Kike, es que hay un componente que se escapa a doctores, brujas y no tiene cura ni en los herbolarios...aunque ¿has probado con el hipericum? jeje, dicen que es la hierba de la felicidad...

Besos corazoncillo.
Anónimo ha dicho que…
Dominar, como tú, la teoría, es el primer e imprescindible paso.

:)
Enrique Sabaté ha dicho que…
Querida Eloisa la del balcón con geranios:

Sé que no existen atajos, y que nada ni nadie remedia nada salvo uno mismo y su voluntad de seguir la línea que se le presenta con energia y descaro.

Ybris, amigo de la palabra exacta en la condensación de la idea de un poema:

Invenciones y ensueños paganos con los que se recrea la pupila para autoengañarnos y ceder el paso a nuestro miedo a la realidad.

Practicar en una y otra ocasión, perseverar en la consecución de un buen fin, esa es la clave.

María Manuela de las almas candidas del limbo donde se hallaban los filósofos:

Hiperico

Hierba de San Juan
que en noche de junio,
hacia el plenilunio
cuando en el tan tan,
el dulce verano
entona en el río
un compás de frío:
la tímida mano
cosecha las hojas,
las pálidas flores.
¿Agrios sinsabores
con lágrimas mojas?
Un par de tisanas,
para el alma hierro:
la pena al destierro
y del llanto sanas.

Botón anclado a una chaqueta azul de mar intenso:

siempre es mejor conocer la letra antes de empezar a cantar un himno.

Gracias por vuestra visita. Podéis pasar la ambigú, es ilusión como todo lo bueno que no nos sucede, pero aun así estáis invitados.


salud, toda; y penas, ninguna
Anónimo ha dicho que…
Kike: :PPP Odio los geranios ;-) En todo caso plantas crasas y rosas. Un beso
Filoabpuerto ha dicho que…
Pues, poeta incorregible, a tu tela de araña acudimos, dispensario de bálsamos, y chascarrillos lenguaraces, picantes, ocurrentes... recetario para buenos, muy buenos momentos

y ahora me voy, con olor a hierba luisa y ecos de endecasílabos...hasta mi próxima visita.

Un abrazo, "galeno del verso"

Merce
sb ha dicho que…
es normal, la teoría es sólo cuestión de empeño y fuerza de voluntad.. la práctica puro azar donde fracasa la teoría ;)
Chalá perdía ha dicho que…
Hermosa hierba esa, nace, crece, y antes de dejarla morir nos regala alegría pal cuerpo y bonitos poemas.

Por algo es la hierba de San Juan, mágica debe ser, y me recuerda a la noche de brujas que pasamos on-line el último solsticio de verano haciendo brujadas jajaja...

Espero que ella te devuelva a ti su alegría amarilla de sol de verano. Un beso.
Enrique Sabaté ha dicho que…
Beauseant, María Manuela.


Besos mil para los dos.

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