Zapatos de clown; a Charlie Rivel.




Paródico artesano sin cosquillas

en un llanto vital de zapatones,

surreal arquitecto de ilusiones,

saltimbanqui de sol, guitarra y sillas.


Mi querido payaso, a pies juntillas,

en el Price de ayer, pulcras visiones,

sin palabras y en mudos coscorrones

el pálido dolor de tus mejillas.


Sorpresivo bufón tirititero,

luminoso fantoche de la broma,

en tu risa impaciencia de jilguero.


Hoy que el Mundo anda enfermo de glaucoma

y huérfano de ti, festivo Homero,

sanara de sus males en tu idioma.



A mi admirado Charlie Rivel.



Comentarios

Perlita ha dicho que…
¡Qué acierto traer al gran payaso Charlie Rivel a la memoria a través de tu poesía...!
Esas personas no tenían que morir nunca. Su entrañable forma de "llorar" hizo la alegría de mis hijos cuando eran pequeñitos y a él le encantaba que los más pequeños lo siguieran.
Un orgullo que se sintiera español este enorme artista.
Un abrazo...
17 de mayo de 2008, 23:19
Anónimo ha dicho que…
Cuando era chica, los payasos me daban miedo, de mayor, pena. Mucho después es cuando aprendes a reírte del miedo y de la pena y descubres al payaso y la risa que da la vida.
18 de mayo de 2008, 0:05
ybris ha dicho que…
¿Llegaste a conocerle en el antiguo Price?
Era genial.
Siempre le admiré.
Seguro que usando su idioma el mundo estaría más sano de lo que está.
Y también nosotros.
Un abrazo festivo.
18 de mayo de 2008, 7:37
ybris ha dicho que…
¿Llegaste a conocerle en el antiguo Price?
Era genial.
Siempre le admiré.
Seguro que usando su idioma el mundo estaría más sano de lo que está.
Y también nosotros.
Un abrazo festivo.
18 de mayo de 2008, 7:37
almena ha dicho que…
Hermoso y tierno y merecido homenaje, Kike.
Lástima que no pueda leerlo...

Besos!
19 de mayo de 2008, 12:32
Anónimo ha dicho que…
No sabria decirte bien por qué, Kike, pero este clown me producía muchas veces tristeza, era tan tierno, tan...auténtico, tan cercano que no me daba la impresión de que estuviera haciendo humor, más bien parecía exponer la vulnerabilidad humana que todos llevamos dentro, con mucha gracia, eso sí.

¡qué lindo le has calzado!

Abrazos
Merce
19 de mayo de 2008, 22:26
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