A un amigo que se va.

Adiós. Despedirse, alojar las palabras en el arcón genético de la memoria.

Te apetece la vulnerabilidad de los senderos plagados de caras y almas amables y odiosas.

Incurres siempre en el error de confundir las cordilleras con el pliegue de las túnicas sacerdotales de uno y otro signo.

Escupes el tiempo a bocanadas sabiendo que te falta el aire y que el tiempo no ha de concederte ni un solo segundo más del que te asignó.

Por eso te adelantas al discurrir de los efectos y no cotizas en los mercados del chalaneo hipócrita.

Sopesas una y otra vez la realidad y la entiendes tan bien que dudas de sus posibilidades.

Ningún día reamanece por iguales que sean unos y otros. Así que queriendo buscar su significado extravías tu propia existencia reafirmándote en ella.

Y sin embargo lo externo es tan banal, tan insufrible, que reconduces cada uno de los significantes a una vía muerta pero conocida.

A pesar de todo tan sólo sentir te alivia.

Si lo absoluto es lo único que no puedes afirmar o negar, te queda el olor a sal y las noches en los ojos de las luciérnagas.

Y en cada paso y en cada duda seguirás siendo sabio.

Memoria genética en el arcón de las palabras. Alojas despedidas: Adiós.

Comentarios

genessis ha dicho que…
Hola Enrique

Cuando un amigo se va las palabras sobran. La vida queda guardada en algún rincón del alma y los recuerdos podrán habitar "la memoria genética en el arcón de las palabras..."

Saludos fraternos
Stella
Perlita ha dicho que…
No acabo de entender tu filosofía del adiós, Enrique. Puede que hoy esté bastante obtusa y me pierdo en tus bellas aseveraciones. O estoy triste. Esta madruada se murió mi amiga Carmina cuando parecía que mejoraba. Era algo mayor que yo...Puede que 67...68...Yo la veía tan guapa y con tan buen humor, que he visto que se iba en plena juventud...
Abrazos...
Filoabpuerto ha dicho que…
Querido Kike mientras no nos vayamos de este mundo totalmente, no hay para mí ningún adiós definitivo y siempre, de los verdaderos amigos, uno espera el reencuentro.

Perlita,siento lo de tu amiga, un beso para tí

Un abrazote

Merce
Enrique Sabaté ha dicho que…
No es nada más que una despedida a un amigo que deja el blog y cambia su vida.

Siento mucho tu pérdida Perlita, cuando a quienes queremos fallecen nos dejan desconsolados, y lo único que nos queda es su recuerdo que a veces nos pone tan tristes que se nos anudan las cuerdas vocales y el entendimiento.

Ya lo dice el refrán mientras estemos vivos podremos comer y beber y hasta gozar de otros placers e incluso trabajar.

Muchas gracias.
Filoabpuerto ha dicho que…
Kike:

Ya sé de quién se trata, es de Ybris, ¿verdad?

Hay que convencerle para que siga visitándonos; éste podría ser uno de esos estupendos lugares donde coincidir

Ybris: si lo has leído...dinos alguito, ¿vale?

Abrazos

Merce
Enrique Sabaté ha dicho que…
Pues si Merce, pero no seré yo quien lo intente convencer, las decisones son de cada cual ya sabes.

Se te estima en esta casa.
Anónimo ha dicho que…
Cómo os envidio. Maldito carácter el mío, supongo que a él debo achacar esta envidia sana. Pero la vida curte a cada cual según le fue y eso es un matiz que nos diferenciará siempre. No creo en buenos ni malos. Solo en con/sin suerte. Yo soy de los "sin suerte" en algunos aspectos. Que le vamos a hacer, no todos tuvimos la vuestra. Ybris, no se lo que te pasa, pero seguro que tienes una buena razón. Si te apetece, cuéntaselo a estos que parecen buenos amigos.
Anónimo ha dicho que…
No nos envidies, cada un@ de nosotr@s cargamos con nuestra propia suerte, somos seres humanos y como tales somos tan perecederos como nuestros sentimientos.

Y total qué más da.

enrique
Sirena Varada ha dicho que…
Hola Enrique, he venido a tu blog buscando unos versos de despedida a un amigo, y los he encontrado... Podría no tratarse del mismo amigo, pero sí, se trata del mismo: de uno que es sabio.

“A pesar de todo tan sólo sentir te alivia”

Leerte reconforta, Enrique.

Una vez más mi admiración. Eres muy grande, poeta.

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