Numerales en la cuarta dimensión.

Si obtengo del soneto la estructura
la imagen me aparece de momento.
Sin duda que dispongo el instrumento,
acepto de este son la dictadura.


Dispongo de un minuto de locura
que a todo loco ha de arrastrarle un viento.
Yo soy y quiero ser un elemento
que escarbe, en su psicosis, la escritura.


Deshago entre los versos la madeja,
su hilo me conduce al laberinto
con más temeridad que se aconseja.


Fueron doce los reyes de Corinto
y trece eran las rosas -duelo y queja-
son catorce estos fuegos por instinto.

Comentarios

ybris ha dicho que…
No muestra en ti el soneto dictadura.
Más parece en tus versos libertad,
y vuelo y fuga y cándida verdad.
Así debe de ser lo que perdura.

Del quinto verso paso, que me apura
dejar aquí en el sexto liviandad,
y en alas de este séptimo amistad
que en este octavo tu calor procura.

Me apresuro a pasar a este terceto
antes de que la inspiración se acabe
pues no es sólo verdad lo que se sabe

sino también,insólito y escueto,
lo que de otra manera ya no cabe
más que en esta apretura de un soneto.

Un abrazote, Kike.
Anónimo ha dicho que…
Gracias por el soneto.

Un sonetillo.

El uno por ser primero
el dos por que se acompaña
el tres multitud, y engaña,
el cuatro por teatrero.

El cinco rima con, pero,
el seis siempre con migraña,
el siete parece laña,
el ocho rimarlo quiero.

El nueve será la prueba,
el diez va siendo redondo,
el once con cara nueva.

El doce, brujas me escondo,
El trece la suerte lleva,
el catorce, toqué fondo.


Es algo malillo, pero lo hice mientras contaba.


Enrique.

Olvidándome de que tengo que acceder antes de comentar para no salir anónimo.

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