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Mostrando entradas de abril, 2008

romance extraño

Aquí estoy otra vez prorrogando palabras, raspaduras de amargo limón, golondrinas, que te digan que puedes hacer que te guíen. Y no encuentro, ni vienen, ni alcanzo: es mentira. No conozco, ni entiendo, ni pienso que hallen el remedio en mis tristes canciones marinas. No consuelan, ni ayudan, ni marcan un rumbo Si dijera que sí, que mis labios sin risa han de dar las respuestas que sepan guiarte, astrolabios exactos, en mil travesías, me estaría engañando, a mí mismo, contigo. Yo no quiero enfrentar, a las nubes, mi esgrima al vacío ilegal de la rosa de hiel, incapaz, solitaria; A pesar de que soy post moderno eremita, aburrido de ser un extraño en camino, avistando de cerca el dolor de la vida, más curioso que un gato en la negra baranda, entusiasta de causas humanas prohibidas a la espera de oscuras esfinges de hierro; y de nuevo me asaltan los viejos estigmas: el afán de los pobres y mi ciega prosa, alegato en las hojas que todo codician,

Gelman, Gamoneda y Rojas, poetas en Alcalá de Henares

El Paraninfo en Parnaso y en olímpico Helicón. La poética nación en versos de luto y raso de la memoria al acaso. Del dolor y la alegría; de verdad sin fantasía. Marcas de fieros colmillos y la sangre en los bolsillos. Lo que el tiempo da, y el día. Hoy los desgarrados versos de tres hombres, tres poetas de papel, tristes cometas. Frágiles indios conversos, en diáspora dispersos, por un mundo de exiliados cuyos muros derrumbados no aceptarán la derrota, que mientras la hiedra brota su voz vence a los malvados. En toda canción de humanos, en cada grito asombroso, un mundo maravilloso que han de construir las manos en los actos cotidianos. Nadie a sí solo se salva, a todos lleva la calva calavera, y mientras tanto hallamos duelo y quebranto en tierra de color malva. Del cobre trajo mil hojas con lágrimas repujadas, cárdenas y esperanzadas, verdades y paradojas: de Chile, Gonzalo Rojas. Aportó de la Argentina

Alcuentro de bandurrieros

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Mejor no lo leas.

Pensaba sobre qué escribir, y sobre como y sobre sin según según sin por y para; y para de contar que yo no soy hombre de relatos ni de cuentos y eso que soy un cuentista de tomo y lomo o un embustero sin cabeza y con sombrero; da lo mismo o da igual, siquiera sabía si escribir en verso o en prosa florida o en barriobajero entre el argot y la germanía; es que pensaba y escuchando la radio oigo la voz de Charles Aznavour, no es de música de lo que se habla, sino del genocidio armenio a manos de los turcos; yo no voy a escribir sobre los innumerables genocidios y asesinatos en nombre de cualquier mierda de ideología o religión o cualquier otra hijaputada que se nos pueda ocurrir a los seres humanos para joder al prójimo y excluirlos de los nuestros, que eso se nos ha dado siempre de perlas; juro que iba a hablar de amor y del rabel; y por amor voy a escribir sobre lo que se me viene a la mente; por amor a mí mismo primero y a la raza humana después, que pensemos lo que pensemos, si es

Luz.

Serena y ardiente como un mediodía, esplendente y clara, brillante y dichosa, amiga risueña, iris luminosa, eres luz del bosque en la zona umbría. Si no eres un hada, me lo parecía, muérdago en tus ojos dueña valerosa, persona sencilla, mujer asombrosa, ¿tañeras conmigo esta melodía? Prologas un cosmos de infinito espacio, estrellas fugaces, frágiles cometas caben en tu mente, en el cartapacio de tus sensaciones íntimas, secretas, símbolos tallados en rubí y topacio. Adoro a las damas como tú, completas.

Jueves

Dicen que no hay un enfado ni sopla aire de divorcio que sigue bien el consorcio. El concejo, el rectorado, Cada uno por su lado. Celebrarán a Cervantes con actos despampanantes; en el paraninfo harán las paces ya lo verán y después a lo de antes. Desde el arco y de la lonja el rector mira la plaza y el alcalde con cachaza poniendo cara de esponja toma delicias de monja. Quevedo sigue a lo suyo mientras deshoja un capullo dice pícaro al maestro de latines: “siendo diestro cuanta vanidad intuyo”. Tanta jactancia es humana y lo es también morirse; trabajar; y divertirse cuando a uno venga en gana; dar el salto de la rana antes que llegue el final y al pagar la cuenta y tal te queden deudas pendientes: que las paguen tus parientes si te critican da igual. Perdonen el negro humor del que en la lluviosa tarde de abril del manco hago alarde; no tuve nada mejor si estuviera en el niu yor diría conceptualismo A

Balada del hombre triste. A Sirenavarada.

Claveles de bohemio en la solapa y más deudas de amor que en la cartera; de un sueño de pasión y cartelera a un gris desolación del que no escapa. Son tantos los caminos que, en el mapa marcados por azar y a cosa hecha, en tantos calendarios, tanta fecha, le dan al corazón tantos pesares. Faltándole su voz y sus lunares, en lágrimas culmina la cosecha. Alegre es la canción del hombre triste que intenta a la razón ponerle alas, en un mundo de bombas y de balas no alcanza la derrota al que resiste. De mar y caracolas su alma viste queriendo contemplar lo que hay más lejos de todo lo probable y los consejos que indican los senderos más sensatos; allí donde no pone sus zapatos, ni quiere someterse a sus manejos. Extiende voluntad, sin vanidades, sabiéndose en el mundo de los vivos, donde del desamor se hallan cautivos gozando de la calma o tempestades, a todos al final espera el Hades. Sin nada que objetar a todo aspira, feliz con

Añil y Cal. A Adolfo Morales.

De añil y cal pintadas tus paredes Y el alma del color de los olivos. La vista en el afán que, urge a los vivos, contiguo a la ficción tiende sus redes. Imágenes de un mundo, en tus archivos, teñido de lamentos y cadencias de un rojo carmesí sin reverencias y amable comprensión por los furtivos. No esperes la razón sin estridencias que es poco conveniente lo inmediato, no digo pernicioso ni aun ingrato, lo típico: un tendal de inconveniencias. No hay nada como ser un cincinato y arar por propia mano los terrones cuidando no te tienten las pasiones que ciegan y te obligan por contrato. Invoquen complacientes religiones fanáticos pagados por si mismos. Tú eliges componerte en silogismos por si hallas la verdad en ecuaciones.

Romance perplejo.

Velado, en mi precipicio, apenas si me conozco en esta prisión sin muros donde delibero solo. Voy fundiendo torbellinos en mi mente, sin encono, agitando torpemente un inquieto protocolo. De mi planeta a otros astros -intangibles meteoros- difumino, en las entrañas, un cáliz sin alveolos. Busco el paso de la luz, en el clandestino gozo de imaginar horizontes, más allá de un sueño loco. Perplejo diviso mundos en desequilibrio, rotos. Desestructuradas urbes en un bullicio ostentoso. Harto estoy de batallar con mis infiernos remotos y no sé donde se esconden mis males, lo reconozco. Nada hallo que me explique por qué doy vueltas al torno. ¿Es mi parte del azar aquello que no controlo? No pregunto nada al cielo, si la respuesta equivoco, escapa a mi realidad su auxilio constante y ronco. No he de encontrar para mí un parterre de gladiolos donde teñir de impostura mi soliloquio de sordos.

El romancista feroz los jueves.

Las esculturas de Sebastián escultor. Dicen que se llevarán hacia finales de mes -amenazan dejar tres en el lugar donde están- eso del tal Sebastián. Esculturas muy modernas que habrán parecido eternas. Emigran a otras ciudades las esmaltadas beldades. ¡A ver si se les crecen piernas! Como hay colores hay gusto ¿O era viceversa el dicho? ¿Por cuanto salió el capricho Dolorosa, cuenta o susto? Más a cuenta fuera un busto. Por un rato estuvo bien Y ahora a viajar con el tren -Figuras de trashumancia- ¡que se las lleven a Francia! Al Mouline Rouge parisién. Huelga de limpieza y el Ayuntamiento dice que no sabe no contesta. Que habrá huelga de limpieza si no se llega a un acuerdo. Yo aquí llego y ya me pierdo, disculparán mi torpeza, no me cabe en la cabeza, desde la concejalía competente ¿alguien decía? que no hay nada que decir. Callen que es mejor que oír tal solemne tontería. Subida del precio de los pisos de protecc

La lluvia sobre el cerezo

Las flores ya cayeron del cerezo; la lluvia de la tarde precipita, al suelo de cemento y antracita, su amalgama de esmalte en ocre y brezo. Sobre un rayo cabalga mi bostezo y en un trueno sarcástico se agita el ímpetu apagado que dormita; termino de soñar me desperezo. Conforma un lienzo pálido inconsciente la flor, que deshojada parió el fruto, privada en su belleza reluciente. Quien sigue de la vida el estatuto, sumando su pesar a la corriente, ingresa, en esa deuda, su tributo.

Rabeles y Quijotes.

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Distinguidísimo público aquí presento el cartel; las jornadas cervantinas, hecho por Julio y Andrés. Pásense por Alcalá y escucharan por doquier en la Plaza de Cervantes como se tañe un rabel. La mágica melodía que a todo el mundo hace bien, acudan, mil maravillas, y cosas dignas de ver. Estos tiempos tan modernos en los que se pasa sed son los que nos han tocado y los sabemos tañer. Un abrazo para todos a vuestra salud, sabed, que siempre son bienvenidos los abrazos, no olvidéis.

Nana.

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Sueños que son porcelana candilillos encendidos, mis paraísos perdidos, corazones de manzana. Nanas que en oscuros chopos, el viento canta en el río, conmigo no tendrás frío aun en la nieve y sus copos. Sueños en la buhardilla, trebejos en el desván, sombrerillos de azafrán, hierbaluisa y manzanilla. Nanas que en oscuros chopos, el viento canta en el río, conmigo no tendrás frío aun en la nieve y sus copos. Sueños en la Luna Nueva, zureos palomariegos, palmeras de luz los fuegos danzarines en la cueva. Nanas que en oscuros chopos, el viento canta en el río, conmigo no tendrás frío aun en la nieve y sus copos. Tus sueños, los míos son, son nuestros, también de aquellos, siendo vuestros y de ellos, todo es imaginación.

Rabeles y Quijotes; Alcalá de Henares abril de 2008

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