Cultivos inestables.

La búsqueda, continua, de una nota


quimérica en mi azud de melodías

me aleja de las tristes banderías

que explican el triunfo y la derrota.



Esquiva, como alma de “garota”,

recobra su deseo en los tranvías,

en tintos con sifón y anatomías

verídicas de sal y chirigota.



El duende de la salsa y los palillos,

la bruja vertical de la quebrada,

en línea con mis torpes geniecillos.



Cultivan inestables en la nada,

manojos de afilados farolillos,

veladas de función desafinada.

Comentarios

Estupendo soneto, amigo Enrique, de impecable construcción y bello contenido musical.
Un fuerte abrazo.
ybris ha dicho que…
Hay notas quiméricas y esquivas, qué duda cabe.
Sólo a algunos privilegiados les es dado no desfallecer en su continua búsqueda

Abrazos.
almena ha dicho que…
mmm duendes y geiecillos son a veces muy traviesos...

un abrazo!
TERTULIANA ha dicho que…
Blog III Encuentro de Poesía en Red
http://iiiencuentropoesiaenred.blogspot.com/
Pasa la bola
Amparo ha dicho que…
Me gusta el terceto final, los farolillos al viento alumbrando la melancolía. De papel.
Saludos

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