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Mostrando entradas de abril, 2010

Parisienne

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Camelia de París, capitalina, el aire que levanta tu mirada te eleva de este suelo, y admirada mi voz para cantarte desafina. Descubres cada mundo, diamantina, profunda, casquivana, sosegada, serás en el Olimpo abanderada de Apolo y sus misterios, eleusina. Envuelta en elegantes variedades de Marte a Montparnasse y Trocadero abonas de razón las libertades. Testigo jura el Sena, arrabalero: “Levantan sus pestañas tempestades”, mostrándose tu humilde mensajero. http://autourdelacoquetterie.blogspot.com/

Aprendiz de clown

El circo que en palabras ascendentes aleja la agonía de sus hambres en un viejo equilibrio sobre alambres, trasciende en sus discursos recurrentes. Jamás en su elocuencia de insurgentes el léxico emanase estos enjambres, dictados en retóricos estambres, escándalo de prójimos decentes. Glosario de alboroto y griterío me agitas por enredos y tarantos y al cabo siempre acepto el desafío. Sin duda soy payaso como tantos que alegran el tumulto en desvarío trocando en buen humor los desencantos.

Juego de adivinanzas

Llegaba al fin de mes del infinito Por eso le hemos visto tan contento. El cuerdo de la esquina es un portento en eso de colgar un sambenito. El aire está llegando a ceniciento Será de eso que niega el antipático, mirad que lo sustenta un catedrático, el tipo este es la bruja de este cuento. El listo que en su engaño desde un ático en pleno corazón de las finanzas es buitre prestamista de fianzas, hinchado como un globo aerostático. Jugamos en un rol de adivinanzas: yo apuesto por la sota de rufianes, no importa si tú tienes otros planes, da igual ella se toma confianzas. Vosotros que apeláis a los refranes pensáis que es más honrado y respetable mediar un cruel castigo al que es culpable que armar un mal soneto en albaranes.

Azote de tunos.

Huyan de la patria si es solar vetusto, jardín de mutuantes* y otros cañabaldos*, altar que veneran cristianos ronaldos, que encomia al chorizo y procesa al justo. Donde el más pirata vive de aguinaldos en un toma y daca propio en disimulos, mas cuando los trincan dicen que son bulos, ellos no cohechan son tan sólo heraldos. Triunfan los necios y los lameculos, el lujo arrastrado se las da de digno. Es verdad que tiene cada tiempo un signo, éste está colmado de fatuos garrulos. Si no te convencen serás del maligno. ¿Culpables? vosotros y jamás los nuestros, en hombros se aúpan los golfos más diestros, a su lado un áspid resulta benigno. Felsos* y biantes* dicen ser  maestros. ¿Ninguno despierta? marcha así el concilio, al que no le guste se vaya al exilio dando un soplamocos a tanto ambidiestro. El libro en el que me he inspirado  para componer los versos se intitula: Azote de tunos, holgazanes y vagabundos. Traducido del toscano por D

Borrador de sol y luna. A Miquel.

Medidas del universo en una sola jornada, un minuto cierra el Mundo, solas las horas abarcan. La ilusión muestra imprecisa, puntos, de incierta importancia, confusos, que se distinguen en la noche barbicana. El rocío de unos labios, venas que precipitaran, un vaho azul de misterios en la inocencia de escarcha. Sereno de soledades en precipicios de llamas tras los yermos y ateridos encierros en que se atrapan. El silencio es una esponja donde se destierra el agua sumergida en perezosos soliloquios de nostalgias. La voz que ya no se escucha desde el pasado se alza detenida entre tristezas pedigüeñas de esperanzas. Pregón de un abril distinto mascullado en las palabras que asoman una tras otra en un precinto de zarzas. El olvido es la quimera del tiempo que en añagazas vuelve una y otra vez sobre artificios de nada. El límite, no es extraño, busca la verdad exacta, mas no llega a parte alguna, es su fin

Fórmulas al azar

Postulada la teoría, en exactitud de mimbre, la trama oculta la urdimbre. Azarosa alegoría en mitos de astrología que acaso no considera tras la forma la manera, el residuo matemático de un mecanismo automático en la noche bullanguera. No es la reflexión precisa, sí la floja ambigüedad presumida en su verdad que al requerirse concisa nos acerca a la premisa que en un instante biloca la confusión que se enroca entre torres y caballos, relámpagos, truenos, rayos, desde el cerebro a la boca. Rodeos sobre el trasfondo de un extraño desconcierto que no arriba nunca a puerto ni explica el punto redondo; romance en el cante jondo de lunas enajenadas, confusas y torturadas, en un pasmo de poetas que en sus palabras inquietas perturban las madrugadas.

Disparates al sol

Para todos sale el Sol por tejados y azoteas, dietéticas chimeneas de un filántropo español que estuvo en Sebastopol cuando aquello de los zares, otro que andaba de bares filosofando tropiezos, querubines arrapiezos y una luna con lunares. Una salamandra artista también pasó por allí entonando para sí una canción elitista, la espídica concertista era reivindicativa, no por cauta o por altiva si acaso por solitaria por cabal y solidaria por divina y estar viva. Una docena de gatos cada cual más “maulla habiente”, todos de aspecto decente, mas nada engañan los datos dánselas de "liberatos" y arrastran entre sus uñas el premio de sus garduñas, eso sí con dignidad, son de casta y en verdad mas que alpaca son vicuña, Dirán: “muchos micifuces”; tantos como diecisiete docenas y hay quien mal mete y en los cuartos hace cruces y al saltar se da de bruces pues que en la liga europea es la suerte una pedrea