Malafelicidad, a Luna Miguel que le copié la palabra.

No apuren los vasos, cariacontecidos,
aparten la vista que el tiempo se pase
busquense otra patria en primera base,
a su cornucopia sean bienvenidos
los muy allegados y desconocidos,
los inapetentes, venid y probad
de la ruin comedia de la libertad,
todo es opinable en los universales
para que me cuadren los versos finales
en esta abstracción Malafelicidad.

En medio del tedio de la conveniencia
admito la escasa pauta del ingenio
y la poca chicha que adorna el milenio;
dicen los que saben que todo es paciencia
que así se construye la ciudad de ausencias;
callan la respuesta y esto los convierte
en un recortable de dudosa suerte:
pedazos de esquina cuando siembran ruidos
locos gorriones de adosados nidos,
con estas razones me alegra leerte.

Ebrio por la ruina se marchó el poeta,
le dío al bajo fondo un gancho maestro
todo en un cuartucho de motel siniestro,
botellas vacías llenan su maleta,
nos deja en legado su ascética dieta,
de ron y carburo, de tinte y asfalto,
de su asco urbano de bajo contralto,
su cosmogonía de cartón de vino
que vomita sordo, sus trajes de lino,
a cuatro conciencias que toma al asalto.

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