La brisca de Luis de Larrinaga Ibarra.


En la cocina del caserío, domingo a la tarde o cualquiera otra después de la faena y el sustento. La familia juega  a las cartas con la confianza de saberse cotidianos en la vieja mesa heredada que habrá visto pasar cada jugada y cada comida de muchas generaciones. La familia y sus pequeñas  trampas en el juego aquellas que se asemejan a las que se tienen que hacer en la vida, y el niño con su madre atendiendo el juego de los mayores desde esa lugar donde la infancia aprende el ingrato y feroz pasar de cada día. En las tonalidades grises que dibujan las escenas de las jornadas. El gris plácido del hogar y sus pesares. 


En el enlace una breve biografía de Luis de Larrinaga Ibarra. 




http://www.euskomedia.org/aunamendi/86634

Comentarios

Amparo ha dicho que…
y qué sosiego, aun con el gris

Entradas populares de este blog

Vestuarios

Reflejo en mi mismo