Lo que no queremos ver
La pobreza tiene muchos inquilinos a tan sólo un paso de tanta opulencia que pasa de largo con indiferencia y con cierto asco por estos vecinos. Es el resultado de tanta indigencia en nuestra derrota de hombres mortales poco solidarios con nuestros iguales. Esta ciudad peca de lesa conciencia. Bellos edificios, grandes catedrales; producto del genio y esfuerzo diario para mayor gloria de este calendario que no tiene fecha para tantos males. Los guardamos todos dentro de un armario con siete cerrojos para que el turista y nosotros mismos perdamos de vista a quienes tan cerca viven un calvario. Son los invisibles, perdonen que insista, que ni tienen sitio ni se reconoce, son las cenicientas que siempre en las doce viven y en el hambre...Dios que los asista