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Mostrando entradas de marzo, 2012

Lo que no queremos ver

La pobreza tiene muchos inquilinos a tan sólo un paso de tanta opulencia que pasa de largo con indiferencia y con cierto asco por estos vecinos. Es el resultado de tanta indigencia en nuestra derrota de hombres mortales poco solidarios con nuestros iguales. Esta ciudad peca de lesa conciencia. Bellos edificios, grandes catedrales; producto del genio y esfuerzo diario para mayor gloria de este calendario que no tiene fecha para tantos males. Los guardamos todos dentro de un armario con siete cerrojos para que el turista y nosotros mismos perdamos de vista a quienes tan cerca viven un calvario. Son los invisibles, perdonen que insista, que ni tienen sitio ni se reconoce, son las cenicientas que siempre en las doce viven y en el hambre...Dios que los asista
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En este paisaje urbano de asfalto hormigón y acero apresa el árbol chispero coplas del Madrid gitano, superviviente y temprano al Sol de la primavera entre el ladrillo y la acera, tan diminuto y gigante que prestas al viandante sombra y consuelo a tu vera.  

Aprendiz de todo

El oficio de aprendiz de las cosas de este Mundo me lleva a se vagabundo tratando de ser feliz y aunque vox populi diz que hay que alcanzar maestría no empeño yo mi energía en ser maestro de nada ni aun del verso o de la espada sino en vivir cada día.
La aurora pinta golosa tu cara desvergonzada como la tierra arrugada del rocio deseosa, tan arrogante y hermosa amapola sonriente, esa luz que ahora nos miente y nos devuelve un reflejo tinto como vino añejo negandonos el presente.
Tiempo es de pensar a gritos el hastío que nos quema: este enfermizo anatema que en pasquines y grafitos pariendo está nuevos mitos en universos estrechos de impúdicos satisfechos obesos de idolatría. ¿Y qué de la rebeldía de la razón y los hechos?
No le cuentes nada al viento quizá te escuche y se lleve tu secreto y a la nieve le vaya a ir con el cuento. Ella lo dirá a mil ciento botarates cristalinos, sabedores de destinos, cangilones de la escarcha. Lo que con el viento marcha es rumor en los caminos.
Caravana de traperos en tropel de maravillas: muchedumbre de cuadrillas en marcha por los senderos, de ilusiones  pordioseros comprando y vendiendo acá lo que usurpasteis  allá, desheredados consortes del remiendo y los recortes siempre entre el que viene y va.
Me fascina el tono de sus imposturas en la hiriente farsa que se compra y vende afirmando todo el tipo no entiende que a cada derrota siguen amarguras: Siempre tan seguro que a nadie sorprende que anide en  bolsillos a mentiras llenas en su sacrificio de vidas ajenas y que el agujero también nos lo arriende.
Solo a media noche escribo mis cartas en viejos papeles tatuados y rotos, recompongo el albúm con las viejas fotos al soplar las velas de todas las tartas. Tiempos de comedia, nosotros devotos de todos los días y de los detalles en cada edificio y en todas las calles como dos fantasmas hoy por manirrotos.