Entradas

Mostrando entradas de abril, 2012

El rey Fernando el Católico al final de su vida.

Imagen
Buen rey el invierno habita en tus plateadas sienes del mal pago de tus años y la amargura insistente. En tu poder y ambiciones Un  dolor que te contiene en los hierros de esta vida corroídos  que  te duelen. Suspiras por un varón, de tu estirpe,  que renueve la gloria de tus ancestros que es la sangre de mil reyes. Mas ya es tu tiempo pasado y en las  fuerzas que enflaquecen no ruge el fiero  león que arañó y forjó tu  suerte. Tomaste joven consorte flor nueva de un campo alegre que ya no puedes gozar, brindas hiel y no placeres, contemplas en mala hora que no hay calor en la nieve. En las manos de la alquimia de nigrománticos seres confías y te traspasan sus pócimas y julepes que arrebatan tu salud tu razón y tus mercedes. Oscuros encantamientos señuelos falsos, crueles, que tornen en juventud los muchos años que tienes. II En tu conciencia combaten razón y desequilibrio, realidades y ficciones, cuchi

Común en singular entre plurales.

Es de los que ya no quedan aunque es su historia corriente, como el común de la gente en sus andares se enredan los pasos que se almonedan en alquileres de poco, menos ayer, y hoy tampoco, mañana no, quizá un martes o un domingo con descartes, metódico, vago y loco.

décimas

Buenos días libros viejos, periódicos de mañana mis pantalones de pana y mis poemas añejos, se rompieron mil espejos y el conjunto se fractura en una caricatura lineal y tan quebradiza que nuestras almas de tiza sólo escriben de amargura. Optimista y cenital verbena de mediodía, seguidillas y alegría en un instante sin mal, efímero y orbital en el giro del planeta, baile que en la humilde treta del danzarín con su sombra deslumbra una luz que nombra el suelo que nos sujeta. Espectros en romería de un tiempo oscuro y tan triste que tan sólo en pie resiste una esperanza baldía de locos en rebeldía redimidos por sus hechos en los necesarios trechos que ennegrecen alma y piel: es el traga amarga hiel sin clemencia y sin derechos.

décimas

Atardecer de lecturas entre lilas y cretona se alimenta la persona también de literaturas. El ingenio en aventuras desde páginas gastadas ofrece flechas y espadas para derrotar la ausencia que sume a la inteligencia en la sombra de mil nadas. No se construye una idea sin la palab ra precisa que determina y avisa al hombre que la posea. Cada quien lo que desea por su propia rectitud: persigue o no la virtud de toda razón impura, como así mismo asegura su origen en multitud. El número de las cuentas en un imposible saldo te hace ser oscuro heraldo frugal en hacienda y rentas. Aunque en tu sonrisa mientas no se oculta la verdad que proclama tu hermandad con el común de las gentes, tus gestos tan elocuentes afirman nuestra ansiedad. El filósofo en su cueva mira como el sol se marcha y en su desnudez la escarcha de la soledad renueva. Para mañana que llueva su cínica concepción donde el  Mundo  es decepción y al ladrarle como un perro es el testigo del yerro de cada generación.