Pastores al anochecer.


Pastores al anochecer.




 




Si atienden al narrador
abriendo bien las orejas
el balar de las ovejas
oirán en todo esplendor.
Es el día agotador
a la helada y los calores
entre silencio y clamores
de un cerro al otro de al lado
siempre al paso del ganado:
la vida de los pastores.

Llegado el anochecer
se extiende la negra sombra
y el viento a su paso nombra
la triste queja de ayer.
Acaba de oscurecer
y al cobijo de la manta
el frío y el mal se espanta
con la canción de los hierros
y el ladrido de los perros
mientras la luna levanta.

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