Sonetillo.
Vengo de la patria humana, esa raza indefinida que anda en la tierra perdida sin encontrar un nirvana. De toda espiga que grana en libertad sin medida, de aquella que fue nacida al amparo en la genciana. De la simiente del cuero que el látigo no derrota, la dignidad del pueblero que es de todos compatriota. En cualquier lugar, frontero, de piedra por cabezota.