Balada del hombre triste. A Sirenavarada.
Claveles de bohemio en la solapa
y más deudas de amor que en la cartera;
de un sueño de pasión y cartelera
a un gris desolación del que no escapa.
Son tantos los caminos que, en el mapa
marcados por azar y a cosa hecha,
en tantos calendarios, tanta fecha,
le dan al corazón tantos pesares.
Faltándole su voz y sus lunares,
en lágrimas culmina la cosecha.
Alegre es la canción del hombre triste
que intenta a la razón ponerle alas,
en un mundo de bombas y de balas
no alcanza la derrota al que resiste.
De mar y caracolas su alma viste
queriendo contemplar lo que hay más lejos
de todo lo probable y los consejos
que indican los senderos más sensatos;
allí donde no pone sus zapatos,
ni quiere someterse a sus manejos.
Extiende voluntad, sin vanidades,
sabiéndose en el mundo de los vivos,
donde del desamor se hallan cautivos
gozando de la calma o tempestades,
a todos al final espera el Hades.
Sin nada que objetar a todo aspira,
feliz con sólo el aire que respira,
sin miedo a recorrer cada presente
esconde en un rincón un beso ausente,
inquieto el corazón cuando te mira.
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Y, claro, por décimas tan rotundas y gráciles.
Un abrazo a ti y un beso a Sirenavarada.