Personalmente y en directo.
Trastoco mis pasos haciendo memoria,
un día fui niño, llevo tanto tiempo
siendo el mismo tipo que apenas si queda
por algún resquicio un leve recuerdo
con olor a tierra mojada y arcilla.
A veces me atrapa, un mutismo espeso,
en tardes grisáceas de domingo o lunes,
cuando me hallo solo frente al universo
buscando la hoguera que caliente el foco
al paso que añade luz al pensamiento,
sin otra presencia que un leve conjunto
de voces dormidas, pero no en silencio.
Gritos que en la tarde llenan el vacío
de mis soliloquios soñados, traspuestos.
Barrunto unos ojos que no me miraban
sino tras cristales y a través de espejos.
Sé, aunque se engañe a sí mi persona,
lo que me resulta un extraño juego,
que no se ha cumplido mi ficción de niño:
yo quise ser sabio y sólo soy viejo.
un día fui niño, llevo tanto tiempo
siendo el mismo tipo que apenas si queda
por algún resquicio un leve recuerdo
con olor a tierra mojada y arcilla.
A veces me atrapa, un mutismo espeso,
en tardes grisáceas de domingo o lunes,
cuando me hallo solo frente al universo
buscando la hoguera que caliente el foco
al paso que añade luz al pensamiento,
sin otra presencia que un leve conjunto
de voces dormidas, pero no en silencio.
Gritos que en la tarde llenan el vacío
de mis soliloquios soñados, traspuestos.
Barrunto unos ojos que no me miraban
sino tras cristales y a través de espejos.
Sé, aunque se engañe a sí mi persona,
lo que me resulta un extraño juego,
que no se ha cumplido mi ficción de niño:
yo quise ser sabio y sólo soy viejo.
Comentarios
querido juglar
infante travieso
que aqui acudo
a beber de tu verso
porque en él, entre otras cosas,
mi infancia también encuentro
Besos, besos apretujaitos
Merce
Es el tiempo y la cuenta de lo que queda atrás.
Besos para ti también.
Amparo, se ha aplazado para el viernes y sábado siguiente. A las nueve.
Adolfo. Yo tampoco lo sabía, pero soñaba ser. Y soy y sigo manteniendo los sueños. Pero también soy un viejo estúpido.
Abrazos.
Enrique, olvidando que hay que acceder.
Esa es la hondura de tu memoria y la de tu presente.
Abrazos.
La sencillez y la sonrisa ya dieron por cumplido tu ficción de niño. Tus poemas y tu voz de trovador son adornos que la sabiduría te dio.
Un abrazo