Un juego por necesidad.

He vuelto otra vez a enredarme en quimeras
en un tiempo sediento y malicioso.
En una espiral típica de estúpidos arlequines rimbombantes
Concentrado en un olor de lavanda que inundaba
el leve recuerdo de mis comedias a la luz de las libélulas,
danzarinas espaciales.
En la espesa amalgama de un cosmos,
disgregado en partículas leves, inmateriales.


Así se construye el pensamiento
Entre la ferocidad de un caramelo de menta
y la inutilidad de un insignificante y pudoroso noctívago harapiento,
Carpanta, atormentado por el hambre de ingredientes auxiliares.


Pim pam pum.
No sé tú.
Pero yo.
Rococó.


Serio, por tarantos,
Alguien preguntó:
“¿calientan, a todos, los rayos del Sol?”


La respuesta es breve.


No.

Comentarios

Briseida ha dicho que…
O, al menos, no calientan a todos por igual.
¿será que ni el sol es ecuánime?
mmm

abrazo grande!
ybris ha dicho que…
Buenísimo lo de hoy, mi incorregible amigo.
Enredémonos juntos en esas quimeras que puedan, ojalá, apaciguar la sed de tiempos resecos y construir pensamientos entre inocuas ferocidades y las tristes, dolorosas, inutilidades de tanto Carpanta marginado.
Y no. No es justo.
Quizás porque quienes se arriman al sol que más calienta lo hacen helando con su sombra a los que ni siquiera pueden hacer ya sombra.

Un enorme abrazo.
Filoabpuerto ha dicho que…
Pim Pam Pum

turururú

juega, Carpanta, juega y danos caramelos de menta, que "queman", contra, esos negros nubarrones sin sol!....

Saludillos

Merce

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