Lo perdido.

No lo hallé en el despacho de objetos perdidos.

lo anduve buscando por bares, tabernas y aun oficinas,

pregunté en locales de alterne tras rojas cortinas

de desliz y fiebre y pudores huidos.


Perdí, ya lo sabes, mis cinco sentidos,

el último pétalo de una margarita y las doce espinas,

la llave maestra de cien cerraduras, todas vespertinas,

disipé el silencio de una madrugada en rientes ruidos.


Licencié su imagen para no ubicarme en falsas jactancias,

sigo y no abandono, y exploro otras voces, y otros recovecos con luz o a la sombra,

indago y rastreo los bucles del nervio con la inteligencia, sin extravagancias.


Persigo mi instinto de animal salvaje silbando al espectro que a solas me nombra.

No ceja mi aliento en ligar principios: las piezas de un puzzle trivial, sin sustancias.

Pertinaz insisto y hago malabares con llamas de hielo,

así que estoy vivo, y nada me asombra.

Comentarios

ybris ha dicho que…
Estar vivo ya es suficiente asombro.
Lo malo de la vida es ir dejando por ahí tantas cosas perdidas.
Lo bueno es poder decirlo con versos tan bellos.

Un abrazo pertinaz.
Filoabpuerto ha dicho que…
Me encanta, Kike
y me ha llegado especialmente ahora que me siento un poco así como ese trivial "despiezado". Me alegra esa persistencia casi animal y salvaje siempre esperanzadora de recomponernos, de reubicarnos y seguir buscando direcciones en ese laberinto diario del vivir.

Un abrazo, maestro !

Merce
Enrique Sabaté ha dicho que…
Lo perdido por lo encontrado.

Gracias Merce, así estaba yo.

Antonio.

no conocia la canción, y cuanta coincidencia.
Anónimo ha dicho que…
Este poema y el que sigue no me suenan a lo anterior. ¿Nueva etapa estilística?
Abrazo
Enrique Sabaté ha dicho que…
No sé Amparo, es distinto pero parecido, sólo es el comienzo

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