Los cuatro soles de la Axarquía. A Rocío, Aurora, Rosa y Luisa.
En la tarde pulcra hallé la hermosura
de las cuatro rosas ¡Luz de la Axarquía!
Díjeles: auroras, por vos penaría
alegre el rocío de mi travesura,
Luna y yerbaluisa, mal de amor sin cura.
Para bien serviros este caballero,
trovador sin cuento y harto lisonjero,
dejara sus predios viejos en Castilla
por gozar, señoras, cielos de vainilla,
mares de biznaga, tomillo y romero.
Quedeme prendado de los cuatro soles,
cautivo en los ojos de tanta belleza
gentil y creada por Naturaleza
entre los carrizos y los girasoles,
rehén de sus rizos y sus tornasoles.
Hurís de la sierra, de la mar serranas
quién feliz hubiera las cuatro mañanas
por ir a los cerros y en atarazanas
armase galante graciosos veleros
a contracorriente, vientos zalameros
que en graciosos versos conquisten sultanas.
Radiantes y francas y tan retrecheras
que En olas de espuma cascabelearan,
como en realidades tormentas aclaran
aun cuando el deseo vuela y es de veras,
imagina y surca perfectas quimeras
verás que no es fácil sentir lo increíble,
tejido en lo ingenuo de un gozo imposible,
si quien siembra amores hace felonía
lleva su castigo y se eclipsaría,
títere de lunas, en llanto invisible.
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