El maestro la lección
explica en la vieja escuela
la infantil tarde se hiela
y se tizna del carbón
y el humo que en el fogón
aprende la geometría
en lejana algarabía
que quiere el mundo alcanzar,
sin saber multiplicar
divide la geografía.

Comentarios

Amparo ha dicho que…
El humo que ahora nos va a faltar, por lo menos en la clase de las chicas. LOs últimos indicios dicen que el asunto va cada vez peor y que hay que apagar las chimeneas. Todo el mundo quieto.
Otra cosa aparte, y más importante: tiene mucho encanto este poema, me lo quedo.
Saludos!!!
14 de septiembre de 2012, 8:29
Amparo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
14 de septiembre de 2012, 8:29
Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Reflejo en mi mismo

Imagen
Me envolverá una sombra de tristeza distinguida con esta luz que emana y volveré a ser un tímido cantor, el errante de las luminosas fuentes. Sabrás de mí, cuando el sol penetre en los rosales, en la turba de las noches cálidas de verano, en el otoño de los parterres mudos y fríos, sabrás que fui lo que quise ser y que la muerte me agarró entre sus escamas una tarde que mis canciones resumían el espacio. No me tuviste mucho aprecio, pensaste que todos eran más melodiosos, más armónicos, mucho más rítmicos, y que mi canto no podía conmover a las estrellas. Tuviste razón en todo, salvo en un pequeño detalle, mi verso siempre te hizo llorar de emoción. Enrique Sabaté.
Leer más

Nos vemos por ahí.

Supuse que mi alma en venta tendría ningún valor y comprobé craso error que por salirme la cuenta tan solo un euro cincuenta pude sacar por su peso, con ella hice un caldo espeso que amalgamara razones y entre estas y otras cuesrtiones volví a hacer hilo en el hueso. Adiós que esto se termina que ya no tengo más ganas de santos ni de peanas, ni de oler a parafina enclaustrado en lo que opina quien por gusto se encadena a una fingida condena de sortilegios y sombras de ácaros en las alfombras y brujas de luna llena. Voy, vengo, y me llamo andanas, triquiñuelista en refranes, satíricos ganapanes que en una orquesta de ranas entre ceres y dianas se disipan tierra adentro, en nada y nadie me encuentro ni participo en coloquios sino en absurdos cronopios de las márgenes al centro. Nos veremos por ahí, o no, que no importa, acaso,  en el filo del fracaso se instala siempre por mí la imagen y es baladí una pretensión distinta e igual me da cuando pinta
Leer más