Hablo y callo.

En pocas palabras
o muchas si quieres
en las que te hieres
o te descalabras.
De esos mil quereres
podemos hablar
te voy a alumbrar
con lo que prefieres.
Pretende escuchar
lo que no equivoca

la oreja o la boca
antes de acabar.
Mas primero toca
hacer cuentas justas
sé que te disgustas
pero no te choca.
Razones robustas
bien argumentadas
se dan de patadas
cuando no con fustas.
y de bofetadas
con aquello expuesto
que doy por supuesto
que sabes son nadas.
Y no es un pretexto
para echar el cierre
antes de que yerre
y digas: “protesto”

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