coplas.


Penas que te martirizan
no arrancan de ti un lamento,
eres como las acacias
que lloran solo por dentro.
Malditos tantos pesares
que vienen a echarte al suelo
pero tú no te arrodillas
que tienes de bronce el cuero.
Quieren, pero no han podido,
pintar tu alma de negro;
no saben que de colores
también se viste el invierno.
Segura en esa sonrisa
con la que a boca de perro
muerdes, porque tienes dientes
y te defiendes con ellos.
ESR2014.

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