Reflexión sin fundamento.
Zurcí mi corazón con lana vieja
y con hilos violetas y amarillos;
sustraje de Saturno dos anillos,
si me atrapa en su red me despelleja.
Desoí de los sabios la conseja;
amígueme de golfos -en bordillos-
silenciosos, que ya cantan los grillos,
y caté del albillo a la verdeja.
He bebido buen vino de mil jarras,
apurando las heces del infierno,
en un cielo de violas y guitarras.
Comprendí que un amor resulta eterno
como un corto verano de cigarras,
la avelilla otoñal o el sol de invierno.
Comentarios
Quizás por no tener fundamento.
No me imagino tu corazón zurcido con lana vieja.
Y tus amigos golfos seguro que son encantadores.
Abrazos
La lana vieja se quiebra, Kike, ¿será por eso que estamos continuamente zurciendo y rezurciendo el corazón?
Abrazos
Merce
María Manuela; no soy mentiroso no, a veces siento que nada tiene fundamento y menos lo que yo pueda reflexionar.
Yo mi corazón lo tengo hilvanado con restos de frazadas que calientan en los momentos que se queda helado.
Ahora; disculparme por no pasarme por vustros cuadernos, estoy todo el día fuera de casa; me he metido en un fregadillo del que ya os daré noticias.