Un cuento para ti.
Dirian doelein, braquenaba prara, la cosietaná
Ilien cutrentieno valinque torán dieletan;
Imbradiletán; quienteravidolien combalacá
Usinueralai bilaquitalidal, u esrai e veretan.
Inás ilibilitekeletan, combamiterterebrefá
Cueltrós ti delebeneteral, cualiterisinerio.
Crober nieté comberio tritirer corer sercolá
Vitrer colán cuerterdisié glostterio.
Estrellas incandescentes sobre un pecho de esmeraldas, así somos y así luchamos.
En un oscuro horizonte amenazan los guerreros del fiero Imbradiletan:
¿Quién nos salvará, quién vendrá a disolver en la bruma de los páramos sus colmillos de hierro?
Sólo tú Inás, la esperada, la que lanzará las montañas sobre los enemigos, huirán al escuchar tu nombre en las viejas canciones, por eso nada tememos, nos dejaste el arco y las flechas que nunca yerran y un indomable corazón como el árbol y el río.
Todavía recuerdo las noches en las que te contaba cuentos soñados, palabras imposibles y traducciones improvisadas; aprendí idiomas que nunca existieron ni en las tierras altas de los seres mágicos; ni en las más llanas de los pragmáticos labriegos.
Soldados imaginarios, de cartón descafeinado y brillos de charol en charreteras de papel y espumillón, cortejando muñecas de tinta china en un espejo decorado con cristales de bohemia. Soldados que no iban a la guerra, eran pescadores y siempre volvían a casa de madrugada.
Castillos levantados cada noche en un monte distinto, y una luz que se iba adormeciendo con tus ojos y tus parpados cerrados, seguro que no olvidarás la canción de Inás cuando creas que desde un lejano horizonte te acechan las pesadillas.
Comentarios
Eres grande.
Menos mal que has dado la traducción.
Hay cuentos soñados que sólo pueden contarse con idiomas así.
Abrazos.