Cuervos de París:


Me gustan del cuervo sus plumas sombrías,
sus roncos graznidos y su desparpajo,
y esa petulancia de loco a destajo,
orillas del Sena,  las mañanas frías.

Ese entrometido con voz de estropajo
como un “robespierre” en la guillotina,
héroe resistente de tierra angevina
que saca partido a cualquier comistrajo.

Me gustan los cuervos,  son gente muy fina,
crápulas  ruidosos que huyen de los lunes,
 tipos  de  comedia del  amado   Funes
 en la bella casa   suelta y libertina.

Con  sus melodías de negros betunes,
laudes cortesanos en  Nuestra Señora
que al gran Carlomagno sirven por ahora,
Cabal diplomacia los supone  inmunes.

Me gustan los cuervos que al llegar su hora
al bistrot se acercan a por sus viandas
y  allí te requieren  si en  algo les mandas.
A medias se ríe y a pachas se llora.

Me gustan los cuervos,  vitriólicos randas,
que embaucan turistas en la torre Eiffel
con cierta tristeza,  siempre en su papel
de superviviente, y vuelta a las andas.


Existencialista que a sí propio es fiel,
docto buscavidas que va a la Sorbona
a picar la mano a la vieja matrona,
y en el mapa deja la pluma y la piel.






la fotografía se la pedí prestada a:


http://primercraken.blogspot.com/











Comentarios

Amparo ha dicho que…
Si pues, cría cuervos.
Uj, qué escalofrío.
Enrique Sabaté ha dicho que…
Estimada Amparo, no es sino un retrato de París a través de sus cuervos que sólo hacen lo que la vida les ha puesto por destino.

El escalofrío nos da al enfrentarnos a las realidades.

Besos amigables.
Amparo ha dicho que…
Sí, sí, muy bonito el viaje por París, pero preferiría hacerlo con otros pájaros menos...negros.
Aunque, sí, puede que con estos el viaje sea más espectacular y misterioso.
Never more.
Un abrazo
Enrique Sabaté ha dicho que…
Podía haber paseado junto a los gorriones que también tienen lo suyo. Pero no con las palomas que tienen memoria eterna pero interesada y boba, los cuervos al contrario son interesadamente conspicuos y libertinos. Los cuervos y las curvas, los palomos y palomas.Te prometo una visita al Louvre en sus andanzas. Gorriones y palomas, sin cuervos que estos son más reservados y no se acercan a los humanos al menos no demasiado.

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