La Tarasca
Soy la Tarasca, menuda
fiera del pecho de acero,
te miro y dices: "me muero"
o queda tu lengua muda.
Soy el dragón escudero
del diablo "Malñanbruno"
que en toda la tierra hay uno
y caga brasas su trasero.
Al día me desayuno
los tontos a cascoporro
y a algún que otro ceporro
que resulta inoportuno.
Soy el ínclito cachorro
del monstruo del melonar
te devoro el costillar
y el cerebro no me ahorro.
Yo nací en el viejo mar
que es fuente del Manzanares
meriendo seis escolares
porque soy malo a rabiar.
Mis palabras son vulgares
siempre dispuestas a hechizo
que tomo un mal bebedizo
del que sirven en los bares.
El monstruo, fetén, castizo,
en una humareda rancia
de azufre, espesa fragancia
en aceite de chorizo.
Siempre acecho en vigilancia
por si hallo tiernas doncellas
por solazarme con ellas
sólo por extravagancia.
Cuando salen las estrellas
que dicen enanas rojas
también devoro las hojas
y no dejo ni las huellas.
Con mis efluvios te mojas
que son de lluvia infernal
soy lo mismo de real
que marinas cascarrojas.
Lo que pienses me da igual
porque yo mi mundo rijo
y no me importa un sufijo
tú opinión ni otras que tal.
Antiguo pero prolijo
no apuñalo por la espalda
lo que me escuece me escalada
y mis amigos los elijo.
"Y hay quien dice por ahí,
que si, que si, que si,
y yo digo tururú.
Comentarios
Qué hermoso es tu recitar.
A veces lo releo para degustar!
Saludos cordiales Enrique.