Reflejo en mi mismo
Me envolverá una sombra de tristeza distinguida con esta luz que emana y volveré a ser un tímido cantor, el errante de las luminosas fuentes. Sabrás de mí, cuando el sol penetre en los rosales, en la turba de las noches cálidas de verano, en el otoño de los parterres mudos y fríos, sabrás que fui lo que quise ser y que la muerte me agarró entre sus escamas una tarde que mis canciones resumían el espacio. No me tuviste mucho aprecio, pensaste que todos eran más melodiosos, más armónicos, mucho más rítmicos, y que mi canto no podía conmover a las estrellas. Tuviste razón en todo, salvo en un pequeño detalle, mi verso siempre te hizo llorar de emoción. Enrique Sabaté.