El Juego de la Oca. A Lu Folino.
Los dados, como sabe compañera, se marcan, cada uno con sus trampas que el mundo es cuesta y remontar sus rampas labor que a los humanos nos espera. Se dice usted en versos que es muy fiera, que no juega a los naipes de estas hampas ni quiere comulgar con sus estampas ¿acaso usted también es guitarrera? De puente a puente y en prisión pasan las fichas el tiempo que le es propio a cada envite y aclaro que es un juego de desdichas. Peones que no importan un ardite se queman en hoguera de guarichas, efigie helada impuesta en el convite.