A Dimitri Papagueorguiu. Artista genial de quien, ignorante de mí, no conocía su obra. Verá usted yo no pensaba partir en mitad la luna ni hacer en dos trazos una diagonal, solo esperaba cierta rectitud no esclava ni remedadora, acaso pensé que llegado el caso podría desentrañarle sin querer fui a trastocarle su órbita en mi fracaso. Resplandece a pie de obra esta luna personal con algo de angelical que hoy es algo que no sobra. Me disculpe la zozobra, artista y genio sublime, sé que su grabado imprime misterios y soledades y que en falsas vanidades no se ensalza ni se esgrime. Luna que por los tejados quiere ser sangre y arena y es barro , paja y avena, que escapa de los pecados. Luz que a los extraviados enseña sin arrogancia exacta y sin petulancia la cruz de cada sendero, y a mí que chamarilero soy de la voz, la elegancia.