Por la memoria.
 
   Hoy me puede la cruda tristeza,   la que no da a lugar a esperanza,   este nudo imborrable de ayeres   que convoca a la muerte y la rabia,   en un golpe de miedo y penumbra   donde viene a quedar la nostalgia   entre ruidos de sangre en la boca   con el mal del recuerdo que alambra   la intención de salir a la vida   a roer la madera y el alma.   Hoy me pueden los surcos y orillas,   las cunetas, los ríos, montañas,   esas negras y oscuras razones   que se dan por respuesta callada,   y los muertos que siguen y esperan   que las tumbas un día se abran   a la luz del crepúsculo humano    y se enjuguen la paz y las lágrimas.     Enrique Sabaté.      Todos los derechos reservados.     
