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Almatrapo. Titiriteros.

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Qué tengo el alma de trapo cosa es harto sabida, títere soy de la vida, de la tristeza así escapo, no soy feo, menos guapo, libre como una lombriz intentando ser feliz en un huerto de sandías, así me paso los días. Permitidme este desliz. Dedicado a mis compis de Almatrapo: Susana, Elena, Mari Luz, Chirri y Sergio nuestro director de escena, que ha dado una vida inmensa a mi pequeñita obra. Llamada el sueño de Don Quijote. Juguete cómico en verso. La fotografía se hizo en la actuación del Domingo 26 de abril en la Plaza de los Irlandeses en Alcalá de Henares. Chirri maneja a Don Quijote y yo a Sancho.

Juan Tamariz. Mago Marabú.

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Valet de corazones, rey y sota, caballo de cartón, flor de diamantes, baúl es su chistera de elefantes; su alquímica baraja te alborota. La eléctrica melena manirrota de naipes, prodigiosos y tunantes, con ases en la manga litigantes es mágica cartilla de derrotas. Desvela el vademécum de ilusiones con versos de tapete y de tapiz, en picas, bastos, copas y aguijones. Oculta entre sus trucos de perdiz verdades sorprendentes de bufones: el mago marabú, Juan Tamariz. La imagen es del Diario Público. www.publico.es

Adiós o hasta más ver.

Flores heladas de invierno adornan tu corazón, con tus palabras hirientes haces presente el dolor. Deja libre el pensamiento rasgando la soledad, no te quedes sin canciones ni dejes tu voz quebrar. Expresa tus emociones quedo y solo, a viva voz, no te evites los abrazos que valoran la intención. No permitas que el engaño difumine la verdad ni que los sueños terminen poco antes de comenzar. Entre los cristales rotos y un humo gris, como no, quedan viejas estaciones, de hierro, a un paso veloz. No te asustes si te digo que no he podido olvidar mas he de coser mi boca con grapas de ruin metal. No niegues que siempre he sido marioneta de cartón que con el alma de trapo quise ser lobo feroz. Valiera más que escusaras este apetito voraz que hace sangrar estos labios que ya no te cantarán. No es fácil constantemente acostumbrarse al adiós, sí un títere soy, sé que ahora, se terminó esta función.

Un soneto a deshoras.

¿Me adelantas un rato tu sonrisa? Apenas un segundo esa mirada. Descúbreme hechicera imaginada Furtiva algún botón de tu camisa. Pregóname dulzuras de melisa, Concierta sin tardanza una balada, Con maullidos de miza descocada, Divina y seductora pitonisa. El muérdago, el acebo, la retama, El sabor de tus bosques y tus ríos, Las encinas y el roble en amalgama. En la luz de tus montes más sombríos Me perdiera contigo hermosa dama. Lo imagino sintiendo escalofríos.

Rafael Álvarez "El Brujo"

Lucense jacarandoso, Burlón festivo y decente, Gentil hombre en la corriente, Místico agudo y jocoso, Hidalgo de lo ingenioso, Exégeta afortunado. Enérgico y alumbrado, Intérprete desenvuelto. Tan libre como buey suelto, Franciscano asilvestrado. Lázaro de nuestros días, Cómico más que arcipreste, Soldado en ninguna hueste, Pícaro por bulerías, Eminencia en alegrías, Vivaz como escaramujo. Saber de ti todo un lujo, Lúcido como un almiar, Por oficio, el de juglar, Rafael Álvarez, “Brujo”.

Merca

Manojo de auroras, conversa entre luces. Escribe: es posible que hallen esperanzas de naturaleza en humanas andanzas. No solo en calvarios, ni en clavos, ni cruces. Sé que ocasos firmas cuando nos reduces a la fe de cuerdos en libros opacos, a un simple producto de infames bellacos que no aman personas sino mercancías. Es lo que nos toca, así son los días. Tales argumentos repletan sus sacos.

Para nada

Nada nuevo digo, ¿para qué? ¿te importa?. Hice que sabía, pero era patraña, desencuadernado entre logotipos se desdice y me iguala sin tregua. Fui tiempo y arena en busca de auroras promesas cautivas de ingratas palabras. Entendí en tus manos rasgos de locura la que me indicaba mi propia desidia. Terminé accediendo a un agua estancada donde se imaginan el asco y ceniza Se rompen las vidas cuando no se usan y más si se dejan en manos extrañas. En creencias torpes que imitan el miedo y vas caminando y opones distancia pero no te alejas para ser juicioso y más si tu espera está en cada lista. Pero no me nombras, mejor no lo hagas, no soy, ni lo quiero, me causa amargura, todo lo que pienso, es triste la ausencia, se ahoga y rezuma sangre y parsimonia. Verás que respeto y hasta algunas veces quisiera creerlo pero no es factible quizá me convenga, lo digo, perfecto, y más si consuelan las viejas mentiras. Claro todo pasa, mientras se desea, mas siendo tan negro lo que aquí se expone y yo t...