LLega el circo.

Llega el circo sobre el asfalto mojado en una cabalgata de motores cansados de cauchos y alquitranes: Llega el circo en sus cajas de lata y poliestireno expandido; los leones cariacontecidos sueñan con gacelas y risas de hienas asustadizas. Los tristes tigres desrayados dormitan apáticos en sus cubículos de tres por cuatro. Los contorsionistas adoptan posturas de goma y alambre. Una mona chillona vestida de colegiala enseña a sumar a dos papagayos gruñones. Galopa un caballo con la volátil amazona de pies amarillos. El malabarista imagina una rueda de globos brillantes en las caras asombradas de los niños. Llega el circo con sus sueños ingenuos en un mundo de realidades obtusas. El ilusionista sagaz e ingenioso recibe el aplauso que escucha invisible. El equilibrista pasa mil apuros que aunque está delgado tiene mucha hambre. Se dispara sobre una diana de indolencia el hombre bala mientras ríen las pulgas saltarinas. Una domadora de perros salchicha y una fo...