Negación en La mayor.
No es sólo la distancia hasta el ocaso
Ni el número de veces que te arriesgas
Ni el vago devenir de los rescoldos
Ni el ciego centelleo en las espuelas.
No el límite formal de algún conjuro
ni el rostro de una tarde de comedia
Ni el falso despertar de los sentidos
Ni el tosco aparecer de las monedas.
No es práctico el discurso de las liebres
Ni es tópico el camino de prebendas
Ni es justa la inquietud de los distantes
Ni es lícita la súplica auto impuesta.
No es cómodo sentirse desplazado
Ni es fácil entenderse en la miseria
Ni es íntegro dormirse en lo corriente
Ni es tácito el silencio que libera.
No importa parecer o sugerirse
Ni afectan los fantasmas con dislexia
Ni adoptan polimórficas estrofas
Ni esconden correturnos sin respuesta.
No atrapa el escozor de los desdenes
Ni enlazan sarpullidos en cadena
Ni inducen indiscretas comezones
Ni aplacan soporíferas sentencias.
No empeña lo que no puede tocarse
Ni apunta la codicia de la escena
Ni obliga el compromiso de lo inútil
Ni exime de cumplir lo que se niega.
No es hora de fingir padecimientos
Ni pueden olvidarse las propuestas
Ni indulta el enunciado de los hechos
Ni absuelve el entramado de las fechas.
No es solo el cometido de las sombras
Ni el fatuo reposar de las vilezas
Ni el tono indisoluble de la rabia
Ni es nada más que mugre y no contesta.
Comentarios
Y a pesar de que no te has permitido ni una sola afirmativa o un sí, cualquiera puede entrever que llevas dentro la respuesta de tu propia afirmación en tu persona.
Un abrazo grandote.
Por cierto: el otro día te oí en la radio... y no veas qué ganas me entraron de verte en directo... pero imposible, ¡maldita sea! jajaja
Un abrazo,
Francisco.
un abrazo a los dos.
Un beso