Más esperaba.

 Madruga el ingenio por la antigua senda
que baja a la playa de las utopías,
vivo, en la esperanza de sus fantasías,
sin asegurarse ni quedarse en prenda,
en sus laberintos aunque no se entienda,
inquieto y redondo como una borrasca,
perdido en un cosmos de ilusa hojarasca
que enreda los signos y los despereza
en un arrebato, con gran ligereza,
que al final resulta sólo chamarasca.*

* chamarasca: leña menuda que prende rápido con gran aparato y que queda en nada.

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