En las baladas de amor
en los ojos se idealiza
ese conjuro que hechiza
cuando canta el trovador.

Descompuesto en su dolor
siembra baldíos de miel
y en las hojas del laurel
busca el amante la sombra
y enamorado se nombra:
Sabes que yo soy aquel.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vestuarios

Reflejo en mi mismo