Tú, mágica.

Tan azul celeste y claro
en tu alquimia se disuelve
la matriz que nos envuelve
con la luz del desamparo.
Suena a eco de disparo

lo que en tus yunques se fragua
templado en escarcha y agua
que se recogió al lucero
para tu alma de acero
y la seda de tu enagua.

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