Ponto Euxino.


Trivial y trascendente en los espejos,
de cerca un escapista a lo canalla,
disponible en la próxima batalla 
contra el ácido azogue en mis complejos.
Hurón en esta tierra de conejos,
Guzmán y Monipodio en la quincalla,
que pierde y nunca tira la toalla
en lucha contra todos sus manejos.
Trovero tremebundo y botarate
con trazas de serrín en la azotea
y un bote de betún de calafate.
Cabeza iluminada que desea
la brújula del rumbo en el petate,
y un viento de levante en cada idea.
Un loco en absoluto de remate
con cierta ebullición en las meninges
a un punto de sibilas y de esfinges.
Enrique Sabaté.

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