Romance perplejo.
Velado, en mi precipicio,
apenas si me conozco
en esta prisión sin muros
donde delibero solo.
Voy fundiendo torbellinos
en mi mente, sin encono,
agitando torpemente
un inquieto protocolo.
De mi planeta a otros astros
-intangibles meteoros-
difumino, en las entrañas,
un cáliz sin alveolos.
Busco el paso de la luz,
en el clandestino gozo
de imaginar horizontes,
más allá de un sueño loco.
Perplejo diviso mundos
en desequilibrio, rotos.
Desestructuradas urbes
en un bullicio ostentoso.
Harto estoy de batallar
con mis infiernos remotos
y no sé donde se esconden
mis males, lo reconozco.
Nada hallo que me explique
por qué doy vueltas al torno.
¿Es mi parte del azar
aquello que no controlo?
No pregunto nada al cielo,
si la respuesta equivoco,
escapa a mi realidad
su auxilio constante y ronco.
No he de encontrar para mí
un parterre de gladiolos
donde teñir de impostura
mi soliloquio de sordos.
Comentarios
No es digno de tu contumacia e incorregibilidad aunque sí lo sea de la soltura de tu ritmo.
¡Ánimo, cagüentó!
A ver si te consigo audiencia para el finde.
Un abrazo.
saludos
Debe usted saberlo.
Un abrazo!
La de marbella, cuanto tiempo, sé que todos buscamos encontrar la respuesta.
Amparo mis fantasmas son como sauces asomados a un curso de agua.
Almena, muchas gracias.
Un abrazo