Nigromancias
Quise por ciertas cuestiones
venderle mi alma al Diablo.
Me disipé en escaleras
descendiendo sus peldaños.
Hice conjuros diversos
de grimorios reputados.
Consulté a un espiritista
y me amigué de los malos.
Evoqué fuerzas astrales
y me estrellé como mago.
Dispuesto estaba a hacer trueque
firmando el eterno pacto.
Ollas de Pedro Botero
ya podéis irme esperando.
Es demasiado el esfuerzo
un hercúleo trabajo,
enredar miles de causas,
lo que he dicho, todo un caos.
Recoger en luna nueva
de la caja de un finado
por mano de la justicia
los cuatro herrumbrosos clavos.
¿Y donde se encuentra eso?
en Europa no hay cadalsos,
lo único que nos queda
es un triste hipermercado,
aunque pensándolo bien
vienen muchos condenados.
Esa amigo es otra historia
más dura que este teatro.
Sigo yo con Belcebú
y su arreglo malhadado,
la de vueltas que hay que dar
para el infernal contrato.
El arreglo es como sigue,
siempre según lo acordado,
diabólicas posesiones
y cuernos de cabra macho,
alas de mosca en conserva,
sangre cocida de un sapo,
otras guarrerías más
vienen al pelo y al caso.
También hay que disponer
de la cabeza de un gato
que solo se alimentara
de la carne de un humano.
Un círculo se dibuja
y se le inscribe un triángulo,
con unas rayas de más,
ya tenemos el pentáculo.
Hay que vestirse de negro
y hacer de la capa un sayo
gritando mil tonterías,
eso sí, con gran boato.
Al final, del de la lumbre
no se ha de encontrar ni rastro,
mas ahora que lo pienso:
amor ni poder reclamo,
ni dinero o latifundios,
ni aspiro a nada, si acaso
a ser feliz cuatro días
que con eso ya me basto.
No hago pactos con demonios
ni vale mi alma un ochavo.
Comentarios
Tan buena que ni regalado te iba a querer ningún diablo tradicional.
Aunque quizás sí alguna diablesa con sentido del humor, del ritmo y de la poesía.
Aunque debe de haberlas no es fácil encontrarlas porque las solemos llamar ángeles.
Tú y yo tendríamos que organizar un buen aquelarre enredando miles de causas en este hipermercado triste e infernal en el que tantos caen.
Venga un abrazo fuerte.
¿No será efecto del viernes 13?
Avísame el quinto día... que tu alma vale más que un botijo de ochavos...
Saludos cordiales
de "dionisíaco" espíritu
subvertidor de valores,
contumaz e incorregible amigo!
Abrazos
Merce
un abrazo
no se ha de encontrar ni rastro,
mas ahora que lo pienso:
amor ni poder reclamo,
ni dinero o latifundios,
ni aspiro a nada, si acaso
a ser feliz cuatro días
que con eso ya me basto.
Más que suficiente y sin necesidad de tantos experimentos... quienes le leémos nos conformamos con las pócimas mágicas de sus versos.
Besos de retorno.
Eres un cielo.
Una buena bruja
que quiera seguirnos
por los andurriales
que dan al abismo,
bella diablesa,
sal para el camino.
Tres o cuatro versos
y algún Tiovivo
donde demos vueltas
como da el destino;
cierto es, compañero,
quien puede decirlo
podrá cual Neruda
confidente al viento:
yo sí que he vivido.
¿Cómo al quinto día?
mejor al primero,
segundo y tercero
y en cuaderna vía.
Diré que veía
lo que quise ver:
un amanecer
cargado de nubes,
de astrosos querubes
un atardecer.