Perdidos.
No siento haber perdido los sonetos,
en libros se contienen a montones,
mejores que los míos a millones.
Escribo por no andar a dedos quietos.
Mas deja que te cuente mis secretos:
expongo salvedades e intuiciones
que brotan como sangre a borbotones
de fuego; y se rebelan indiscretos.
No importa sino el tramo de la vía
presente y el instante en que respiro,
muy poco una futura auditoría.
Adiós a las palabras que en su giro
marcharon tras de ti de romería:
hoy cuentan el recuerdo de un suspiro.
en libros se contienen a montones,
mejores que los míos a millones.
Escribo por no andar a dedos quietos.
Mas deja que te cuente mis secretos:
expongo salvedades e intuiciones
que brotan como sangre a borbotones
de fuego; y se rebelan indiscretos.
No importa sino el tramo de la vía
presente y el instante en que respiro,
muy poco una futura auditoría.
Adiós a las palabras que en su giro
marcharon tras de ti de romería:
hoy cuentan el recuerdo de un suspiro.
Comentarios
Y bien dices lo que de verdad importa. Te ha salido redondo.
Un beso grande. Muchas gracias.
El soneto es música y cárcel, por eso obliga a contención y a armonía.
Seguro que a ti también te traen recuerdos. Recuerdos tanto más hondos cuantos más sangre a borbotones y más fuego se llevan.
Abrazos.