Quién más docto en su elocuencia
hace expresar sus doctrinas
y sacudir sus espinas
con pausada reverencia
al credo que no a la ciencia
ni al sentido y la razón,
a la santa devoción
y a la fe que arregle el paro
y al enfermo sane, es raro,
parece superstición.



Yo ya creo en los chamanes,
en los gurús y en las cartas
de ajuste que no te hartas
de llamarnos ganapanes,
tú que estás en otros planes
y te sientes superior
eres presunto, señor,
de llevartelo más crudo,
dejas al pobre desnudo,
robar en ti es un honor.
 
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vestuarios

Reflejo en mi mismo

décimas