El centro de la galaxia. (Una maldad)


Verdad irreverente te derriba,
acólito del bien y de la estrofa
más íntima, en un mal de propia estofa
mantienes un romance en la diatriba.
Pomposo en un lenguaje a la deriva
hinchado como vela; allá en la cofa
disparas la palabra que apostrofa
maldad que con soberbia te cautiva.
Tan fatuo te despiertas y ampuloso
que impreso con retórica tristeza
resuenan tus serrines a casposo.
Te sale de lo espeso la vileza,
que piensas son virtudes, pretencioso,
de un cubo de basura en tu cabeza.
Enrique Sabaté.

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