las coplas de Don Enrique.
Contaré el caso y pondré las coplas que escribí hace tiempo y que tengo grabadas en eso que digo que es un disco pero que no puedo editar por falta de medios. Alguna copia he hecho y algunos amigos la tienen.
Mi amigo Eduardo Nicolás, rabelista leonés, me dice que canta unas copals que yo le enseñé. " Como no me dijiste donde las habías recogido ni tenía otras referencias de ellas, las canto y digo que son las coplas de Don Enrique" yo le contesté de Don Enrique son puesto que yo las compuse, letra y música. Aunque como dice mi madre: " Don sin din, cojones ne latín".
Tal cual dijera Don Manuel Machado, puedo presumir de que escribí un cantar que el pueblo canta, hizo suyo y se olvidó del autor. Y eso para mí es mucho más que cualquiera de los pequeños premios que me han dado, nunca pasé del segundo puesto en esto de presentarme a un certamen de poesía. Otros textos ni siquiera fueron considerados. Pero no es una queja que conste, es el hecho nada más.
Las coplas son como siguen.
Para empezar estas coplas
no voy a pedir permiso
que ya soy pájaro viejo
y sin canciones no vivo.
Trinan las aves del campo,
canta el agua en el molino,
silba en las hojas el viento,
pregona el alguacilillo.
Canta el preso en su prisión
pensando en lo que ha perdido:
"En mi alma cago los yerros
y esta suerte que maldigo".
Canta quien quiere espantar
sus males por el camino,
y el despechado en amores
canta penas dolorido.
Canta la niña bonita
recordando a un buen amigo,
al igual que lo hace un padre
si pródigo vuelve el hijo.
A cantar me enseñó madre
en la cuna de chiquillo
tantas veces he cantado
que la cuenta ya he perdido.
Cante bien o cante mal
va la música conmigo
y tañendo este rabel
con mis coplas me despido.
La fotografía está tomada en Olea el 2006.
Comentarios
Tienes mucha razón: no hay mayor premio que el que otorga la gente sencilla cantando tus letras y tus músicas.
Y eso de "don" queda bien.
Justamente porque tu madre tiene también razón y a ti te sobran "dines".
Un abrazo.
Un abrazo