Mayalde

Con unos borneos y algún ringurrango
vienen los Mayalde desde Salamanca.
Sus coplas relucen como estrella blanca:
Pasodobles, polcas, jotas y fandangos.

Con todo el cariño que de ayer se arranca,
ritmo y armonía de antiguas canciones,
llenan el hatillo de las sensaciones
con gran maestría y mayor retranca.

Cuajan los sentidos y las emociones
de ojos a manos y de boca en boca.
La peña de Francia no es sólo de roca
es también aliento en la voz de sus sones.

El tiempo pasado el ánimo evoca
cuando se recibe de un pueblo en herencia,
si son trasmitidos en buena conciencia
en las gentes nuevas el alma trastroca.

Son esos caminos de la inteligencia
antiguos senderos donde fue la plata
es la misma vida que a veces maltrata,
mas ha de vivirse, es su consecuencia.

En sus instrumentos de hoja de lata
-tañe al buen tun tun la loza y el barro-
la música suena, genios del cacharro,
sea en la cocina o en la colegiata.

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