coplas sueltas



Y como no hay dos sin tres
otra vieja cantilena
sino de almuerzo de cena,
se repite lo que es.
Si no quieres no lo ves
tan sólo juegan las manos,
engañifa de fulanos
que se las dan de arlequines
y no son sino chinchines,
patas de araña y “trincanos”.



Me gusta la astronomía
y anidar constelaciones
no colecciono escorpiones
sino una jaula vacía.
Soy de una filosofía
algo hueca y casquivana
más de pantalón de pana
que de prendas de vestir
y de poco discurrir
porque no me viene en gana.



Ni voy ni vengo,ni paro
ni me silencio, ni escribo,
no soy ni seré cautivo
y no me vendo, ni caro.
No brillo por más que el faro
alumbre mi noche terca
rana fuera de la alberca
en un salto de farol
que quiso alcanzar el Sol
y no se quedó ni cerca.



Nostalgia de otoño en cobre
y amarillento verdor
de un día multicolor
de haya, de acebo y robre.
Es mi verso pardo y pobre
para expresar, sin apuros
de verbo, tus claroscuros
relicarios de emociones
dormidas en tus rincones
y en las piedras de tus muros.



Camino por esta orilla
como un narciso en el río
escucho el canto del frío
que silba una tonadilla
roca allá y aquí amarilla
aprendida hace milenios
por duendecillos y genios
gente a nuestra vista oculta
que nuestra ambición adulta
rompió lazos primigenios.

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