Murcia hermosa.
En Carrascoy , en la sierra
Me puse a entonar parrandas
y me asomé a sus barandas
en el Palmar y en su tierra.
Me quedé en las veredillas
de Las Torres de Cotillas,
si en Aljucer no la hallo,
me callo.
Por Beniaján te decía
al Santo Ángel llegamos
y me contestabas: ¡vamos!
Al pie de la serranía
¿la parrandilla se acerca?.
Después de pasar la Alberca
subiré hasta La Fuensanta,
me encanta.
Cuando llegué a la del Gallo,
cresta tan cacareada,
puse fin a mi jornada,
de la barraca al serrallo
terminé con mi cansera.
¡viva Murcia! y quien la quiera
como Vicente Medina
atina.
Alguna vez fui auroro,
aguilandero, después
cuadrillero de mil pies
y parrandista en el coro.
Desgranando malagueñas
entre Azohías y Aceñas
las encontré en Mazarrón
a montón.
Me puse a entonar parrandas
y me asomé a sus barandas
en el Palmar y en su tierra.
Me quedé en las veredillas
de Las Torres de Cotillas,
si en Aljucer no la hallo,
me callo.
Por Beniaján te decía
al Santo Ángel llegamos
y me contestabas: ¡vamos!
Al pie de la serranía
¿la parrandilla se acerca?.
Después de pasar la Alberca
subiré hasta La Fuensanta,
me encanta.
Cuando llegué a la del Gallo,
cresta tan cacareada,
puse fin a mi jornada,
de la barraca al serrallo
terminé con mi cansera.
¡viva Murcia! y quien la quiera
como Vicente Medina
atina.
Alguna vez fui auroro,
aguilandero, después
cuadrillero de mil pies
y parrandista en el coro.
Desgranando malagueñas
entre Azohías y Aceñas
las encontré en Mazarrón
a montón.
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