Una maga muy perversa
Conocí una moza en cierto lugar
Una tarde clara de la primavera;
Yo la vi graciosa, y pregunté quién era;
Malhaya el infame que fue a preguntar,
Vano y atrevido quien respuesta espera
Me dijo donosa con aire infantil,
Soy la dama negra y tú el blanco alfil,
Mi nombre es María y de apellido Fiera.
¿Qué andarás buscando torpe ministril?
Habló zalamera con señal burlona,
Yo como el que oye a una abeja zumbona
Le hice el mismo caso que al agua de abril,
Ella al advertirlo muy marimandona
Y expresión salvaje vino a mí derecha
Su rostro encendido de brasa era flecha
Y yo un acerico para su persona.
Soy la vagamunda y a mí no me echa
de su amargo lado un triste mortal
soy la maga Circe de estirpe real,
quien hasta mi llega traiciones cosecha.
Soy la que ha acordado tu oscuro final,
Si me satisfaces serás mi montura,
Y si no, ya puedes jovial criatura
irte preparando a una noche infernal.
Se estaba poniendo la escena muy dura
Y ante la hechicera gran miedo sentí
En un fuego eterno del folgar me vi;
Me hice el alelado y de la cueva oscura
A tomar el aire y la luna salí,
Medité en el goce de una amante eterna.
Pueden relataros una y otra pierna
Como de ligero desde allá corrí.
Una tarde clara de la primavera;
Yo la vi graciosa, y pregunté quién era;
Malhaya el infame que fue a preguntar,
Vano y atrevido quien respuesta espera
Me dijo donosa con aire infantil,
Soy la dama negra y tú el blanco alfil,
Mi nombre es María y de apellido Fiera.
¿Qué andarás buscando torpe ministril?
Habló zalamera con señal burlona,
Yo como el que oye a una abeja zumbona
Le hice el mismo caso que al agua de abril,
Ella al advertirlo muy marimandona
Y expresión salvaje vino a mí derecha
Su rostro encendido de brasa era flecha
Y yo un acerico para su persona.
Soy la vagamunda y a mí no me echa
de su amargo lado un triste mortal
soy la maga Circe de estirpe real,
quien hasta mi llega traiciones cosecha.
Soy la que ha acordado tu oscuro final,
Si me satisfaces serás mi montura,
Y si no, ya puedes jovial criatura
irte preparando a una noche infernal.
Se estaba poniendo la escena muy dura
Y ante la hechicera gran miedo sentí
En un fuego eterno del folgar me vi;
Me hice el alelado y de la cueva oscura
A tomar el aire y la luna salí,
Medité en el goce de una amante eterna.
Pueden relataros una y otra pierna
Como de ligero desde allá corrí.
Comentarios
Besitos
Un abrazo desde esta parte del corredor.
Más abrazos.
Piernas veloces, qué suerte.
Saludos!!
Un abrazo, don Enrique.