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Mostrando entradas de agosto, 2008

Sueños intactos

Cubiertos del polvo, de los años idos, encontré mis sueños todavía intactos. Los que no se cumplen, para ser exactos, están en la cuenta de los omitidos. Ocultas pasiones y juegos prohibidos, mundos irreales y verbos abstractos, locuras humanas y amores compactos. Lo que nunca dije, los besos vencidos. Un canto agridulce sale de mi boca: rompe las palabras con melancolía en lúcido genio que todo trastoca. Rebelde fantasma, no sin picardía, que se hace visible, si se le convoca, en la ingenua patria de la fantasía.

Incógnita resuelta.

Deja que presente este torpe esquema, sin otro argumento que el que me lastima, sólo representa otra pantomima: parodia engañosa que siempre me quema. Voy y replanteo una línea extrema, entre coordenadas. La farsa aproxima un telón de fondo de bruma y calima, donde superpuesto se entiende el problema. Converge y se halla entre lado y arista en la perspectiva vectorial y aguda, geométrica y plana, tan minimalista que el número áureo resuelve la duda, mas no es suficiente que el dilema exista si toda respuesta es la hache muda.

Diosa india de Paragüay.

Extenso tu acervo de múltiples bases: la indómita esencia de tu guaraní, tu asombroso encaje, flor de ñandutí, arrope de luna en sus cuatro fases, elegante barro de Itá y Tobatí. De la dulce tierra llegan a la boca los suaves reflejos del fiel Paraná, y en modernos cantos, son de yopará, la flexible diosa de mate y mandioca, como el agua fresca de amor fluirá. Luz de los desiertos, divina cigarra, tormenta danzante en la galopera que tañera el viento, duro, en la ribera, a un ritmo de polca, de tiza y pizarra, y una algarabía lazada en potrera. ¡Ay¡... si todas las diosas fueran como tú... Estrella que guía a una tierra sin mal, para quien no encuentra su Santo Grial fascinado y fiero como un guaycurú: eres sol con alma de gran Yaguarú.

Mujer, diosa y pantera. A Genessis.

Oscura es la diosa, flexible y felina, rápida y nerviosa como un colibrí, su aliento un deseo de flor carmesí. Reina de los valles y la noche andina, dueña de las almas sin ciega doctrina: ¿Qué ritos ardientes siguen tus devotos? ¿Cuántos oficiantes te ofrecen exvotos? ¿Quiénes te imploraron hermosa verdad? ¿Dónde sus altares, tiene, tu hermandad? ¿Serás un vestigio de pueblos remotos?

Por no estarme quieto

Vaya por delante, con cierta ironía, que lo que aquí digo es sólo opinión y esto no lo duden porqué es de cajón. Nadie pone oídos a quien nunca pía, si cierto es el dicho también tontería. Vivo del absurdo y la extravagancia, me sitúo lejos, tomando distancia, lo que me alinea entre los distantes, los poco aplicados y los diletantes que buscan un hueco en la malsonancia. Reparo que es ciega toda militancia, se niega uno mismo si adopta un profeta, miente y se presume yendo de etiqueta. Uno sólo es solo y su circunstancia aun si sea experto en Ra o quiromancia. Pongamos entonces algún acertijo: ¿puede sospecharse lo que nadie dijo? ¿vivir es sencillo, se da por supuesto? ¿me pides un frasco y no te lo presto? ¿bajo que principio funciona un botijo? Por no eternizarme ni ser más prolijo, ni pegarme el pisto de ser diligente voy a refrescarme con vino corriente que el hombre del tiempo ayer lo predijo sale la borrasca hoy de su escondr