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Mostrando entradas de 2009

No sólo para Navidad, para toda la vida

Festiva y generosa Navidad, humana y liberal, caritativa, gloriosa y popular, sana, afectiva, notable y verdadera en humildad. Salud y placidez, felicidad, el pan y la bonanza; y siempre arriba el hondo corazón en compasiva ventura, que es acción de humanidad. La suerte del trabajo y la energía, las ganas de sentir en los hogares un viento amable que cuente alegría: presentes de paz en todos lugares. Entrándose el año, luz, sol, compañía, desde este rincón de Alcalá de Henares.

Disparates a la veintiuna.

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La búsqueda de un éxito, presunto, en cárcavas humanas y en taludes que inclinan al exceso en las virtudes perfectas y su envite es el asunto. Aclaro que es el juego a más de un punto, dispones al azar tus aptitudes. Total, es la afición de multitudes. La broma es terminar de archivo adjunto. No hay hilo en el hilván, cabo ni cuerda, la hebra es una apuesta al par parejo, sin as ni comodín, reyes o reinas. El mazo está cortado a mano izquierda, compite este soneto a impar bermejo. ¡No juegas a este rol que te despeinas!

Un rato de insomnio,

Anduvimos por acuarios, vidrieras, lagos, cristales, somos dos viejos corales en un mar de relicarios; un duo de solitarios en el mismo petrolero. ¡Tú me quieres, yo te quiero! contamos estrellas juntos, tenemos nuestros asuntos y respuestas que no espero. Eres una madrugada y una lenta percepción, un místico diapasón con la mágica tonada, la encantadora balada y la cruda realidad; el mapa de la ciudad con los puntos cardinales y su prisa de hospitales: una mujer de verdad. Está bien ver lejanías, hipotéticos nirvanas, jaujas y magas morganas, que la bruma de las rías envuelve hechizados días, y el cabello de la aurora afina trazos y dora el terruño y la floresta; ya que Cupido me presta le haré el honor en tal hora. No hay deudas ni pagarés, ni préstamos o alquileres, hay prendidos alfileres que es mucho más ya lo ves; sabes ya qué es lo que es, ágil perfil de serrucho, en ese vaivén que escucho con la impresión de leyenda ¿Dije que eras estupenda? ¡Mucho, mucho, mucho, mucho!

Vestuarios

Vienes vestida de luna con ribetes de cereza, de abedul es tu corteza, eres el mar y la duna, tu mudable fortaleza esfera de tu fortuna. Llevas el candil de luto cuando toda tú eres luz, y madera de abenuz que no pagase tributo, no será nunca una cruz para mi cero absoluto. Fiebre sobre la almohada, altiva temperatura que, todos los males, cura. El filo de tu mirada es ardiente diablura íntimamente estimada. Nada descubre el lenguaje en pacatas convenciones, arcaicas obligaciones de enmarañado ramaje, garantes comprobaciones: no pasa de ser follaje. Cada oración eres tú: Dogma sin credo ni culto, austeridad en tumulto, arrebato de ambigú. Para mi condena, indulto, desenredado tabú. Severidad, sin remedio, me mata tu indiferencia. Mi hiperbólica insistencia sólo te produce tedio. En tu roja incandescencia sigue mi luna al asedio. Las torres viejas, linternas, agujas del escenario, -Armazón patibulario- Son fantasías eternas de este loco atrabiliario que tú sola desgobiernas.

Andanada de silencios

Ahora me pregunto, sin respuesta, apenas me examino, me cuestiono, sabiéndome enemigo, sin encono, disparo sobre mí, garfio y ballesta. Jamás supe sumar, todo fue resta, injusto me suspendo y abandono, no estoy en sintonía y desentono, es tanta la aflicción que ni molesta. Pereza que hibernase en plenilunio: atávica, celosa y mortecina rastrea en intersticios la simiente. La grama que tapice el infortunio de un árido planeta que elimina el número fecundo, indiferente.

Horizontes y sinfonías.

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Nocturnas aves cantoras, pautadas notas del cielo, alimentan los paisajes en la lira de los sueños. Determinan la apetencia furor, pasión y deseo, en un compás de intemperie son flores del firmamento. Juglares interesados en el fascinante anhelo de ser cuerda de laúd Idealizando el recuerdo. Avispas del malecón: ¿Cómo ruge un mar despierto que triturase ilusiones después de amasar luceros? La respuesta a esa pregunta: ¿una máquina de besos? -artificioso artilugio- que deja los labios secos. Truhanes de anticiclón no comentéis el silencio que se esconde en la neblina extraviada del tiempo. En las sinfónicas voces -prestos presagios de invierno- que ordenan las cicatrices perfectas del universo. Evocadas geografías en cada invisible verbo enseñan vuestra fatiga y su refugio en el verso. El horizonte es futuro, voraz y pluscuamperfecto, vestido de malva y verde de azafrán y cementerio. Entonad viejas gaviotas la estela de este velero, despierta, la singladura única de l

Sombras de otoño.

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La sombra nos invade la mirada el día que la luz es más brillante. Recoge tu equipaje caminante tus láminas de fuego y llamarada. No evites de la pena la llamada, tu marcha es patrimonio de gigante, pertrecho de un sencillo y expectante acervo en locución acicalada. Acepta los discursos disidentes: disipan las arengas tenebrosas de rancios madrigales evidentes. No olvides que en la sangre de las rosas se encuentran las palabras inconscientes; mañanas de quimeras asombrosas. Guijarros y hojarasca en un bostezo de otoño ocre y carmín y madrugada. Tapices naturales guarnecidos en una exhalación de sinfonías que entonase su aliento en la avenida, en los viejos parterres de coníferas, en los álamos, acacias y matojos silenciosos, huraños y aburridos. En la espera que ve crecer la vida en los ojos de niños estridentes que arrastrando sus pasos variables, en un juego de alondras y jilgueros -en su empeño de hermosas melodías- se animasen de nubes y esperanza. La imagen vuelve a ser tomada del

Lúcida estética. A Sara por su blog.

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Sincrética atracción por la hermosura en hilos que enhebrasen luminarias. Cometas y guedejas incendiarias en un vuelo de imán y singladura. Ardientes intervalos de apostura escalan por galaxias solitarias, sus órbitas engendran libertarias delicias de satén sin envoltura. Coral de caramelo y chocolate Su juego de topacio y disparate. Gaviotas en los mares del Oriente modulan seductoras los planetas: magníficas, graciosas, pizpiretas, descubren su belleza displicente La imagen es de Sara S. Os dejo el enlace a su blog para que la visitéis si os place. http://autourdelacoquetterie.blogspot.com/

Nocturnas bataholas

-¿Quién vive? - fantasmas de la sombra. Espectros de noche y de tormenta. -¿Escuchas? -los siento y me persiguen -¿te agreden? -me alcanzan, soy yo mismo. Ya llega el precipicio de la prueba -Contraste de ambición y de vigilia- El viejo garabato que me auxilia su rastro de corriente me subleva. La imagen del producto no me eleva, es género común el que me exilia -penetra mucho más mi bibliofilia- camino de las bardas a mi cueva. Cultivo mi aflicción por los sujetos en olas sin cuidado; y mis sonetos, errantes de la acrópolis al limbo, insomnes como almenas de atalaya -cual bardos que entonaran la batalla- se extienden con el humo de un cachimbo.

Irreflexivo singular

No finjo ni el horror ni el desengaño, ni soy de los que encubre los lenguajes. No vivo de esperar los estiajes ni aguardo de la sombra el mar de antaño. Me basta la expresión del ermitaño, la jerga del sendero sin ambages, los credos del rocío sin peajes. Con poco más o menos ya me apaño No niego que me duele la desdicha ni trato de entender lo que me pierdo ni evito someterme a la tormenta. A veces la razón se me encapricha; concluyo cuando sé que no estoy cuerdo y acabo por cantarme las cuarenta.

Insolencia cordial

Disculpe el mundo entero mis ficciones: patrañas proyectadas por instinto. Confieso que este acto no es distinto a otros que me aportan soluciones. Son algo baladíes mis razones: conjuro un universo variopinto, injerto una camelia en un Jacinto, extraigo del jardín mis municiones. Conjugo la mentira y el engaño, de oficio lenguaraz y palabrero, mercando baratija y faramalla. Navego el calendario cada año. Estimo el agua más que el monedero y más una ilusión que una medalla.

El ojo sobre la semana. A Max Estern y su semana de bondad.

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Escamas bajo túnicas salvajes, corazas de dragón majestuosas. Tormentas de sapiencia, estrepitosas. El agua reinventada en oleajes. Mordido por el mundo y sus paisajes, que el ídolo atormenta, en religiosas señales en las crudas y tediosas estancias del dolor, cifras mensajes Martirio y decepción en amalgama. Talento de león que te estremece, te acusa de avariento sol sin llama. Perfecta a la serpiente se le ofrece un nudo rosicler y una proclama de sangre y penitencia; te ennoblece. Max Ernest nació el dos de abril de 1891 en Brühl, Alemania. Murió el uno de abril de 1976 en Paris, Francia. Está enterrado en el cementerio de Père Lachaise de París. En el museo de Orsay de París exponen su obra completa de collages Une semaine de bonté. http://www.nndb.com/people/704/000082458/ http://miltonisland.wordpress.com/2009/02/13/exposicionesx2/ Las imágenes están extraidas de estas dos páginas, una corresponde a la obra de Max Estern la Corte del Dragón, no sé como está numerada. La segund

La máquina del tiempo según Gárgola Y Kike

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La máquina del tiempo Imparable mecanismo que acecha el artefacto aparente en su trabajo mortal Conduce hacia el retorno del lapso de limaduras y ambages Insólitos inventos de modernidad enlazan máquinas sin alma Signo de un aliento acerado que recibe el viaje transcrito Multiplica el guarismo recreado, cuando llega agosto y la rasura del campo Cuerpos transeúntes en el fugaz, mandato vanguardista del traspié Insatisfecho en su camino imaginado, roda el anillo que transmuta Relativo en su trayectoria, sin verbo que lo acompañe. Gárgola. La mano, que maneja el artilugio, mecánica mortal que da al proceso la lógica función del retroceso de siglos de ceniza y subterfugio. La pálida invención que en el progreso encaja el conector inanimado, guarismo de un espíritu acerado, que accede por la tolva, sobreimpreso. Aumenta todo signo reinventado de un modo que alimenta la cosecha, en cuerpos y artefactos, en la estrecha consigna modernista sin pecado. Por siempre se imagina, insatisfecha, la r

Titiriteros

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Me llamo Titiritero por nombre y por apellido, soñador que en el olvido como un gato callejero vive en las lunas de enero; una parte del retablo que en ardoroso vocablo declama viejas quimeras; entre el público y de veras soy como un viejo diablo.

Cansado una vez más

Encuentro una esperanza y se me olvida, terciada de esperpentos y simplezas. El crédito de dudas y certezas en medio de evidencias se liquida. Es tan incandescente esta partida que acaba en laberintos y tristezas, en pájaros añil y ligerezas. Resulta desazón y alguna herida. Buscaba humedecer el desaliento -la finta que a hurtadillas me zafara- de tanta depresión que es mi sustento y en andas del aplauso me llevara. Oía los sermones que en el viento dejaban un rumor de fiera avara.

Sol y sombra.

Un proyecto carnal de alegorías, travestidas de galas insolentes, bajo un sol que con rayos inclementes abrasase mis penas y alegrías. Resumo la emoción en agonías, cansado de silencios estridentes, en bloques de relatos imprudentes escritos al carbón por bulerías. Son quimeras, delirios arabescos, ilusiones, tarantas, filigranas, utopías de prójimos burlescos. En endechas de Venus y dianas -atrapado entre temperas y frescos- desempolvo teorías euclidianas.

Gárgola y Kike a vueltas con un vaso de agua. Pasatiempo veraniego.

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Los elementos rigen Estrechos márgenes entre los volcanes y los fuegos artificiales Indistinguibles augurios entre torbellinos y brisas de ventiladores Pequeñas diferencias entre la tierra bajo la floresta y el desierto forjado por el pretexto El líquido que cincela el cañón, calma la pasión del andarín Materias de confines supuestos Nexo entre la lluvia y la lengua La sed y el cáliz El vaso y el agua Gárgola ************************************************** Angosto el trecho entre el volcán y el fuego de artificio; el ojo de huracán y el precipicio en cortos vientos que se van en artilugios eléctricos, y el orificio que llega al centro de la sed cuando la mente indaga la arena, y en la vaga luna que dice a las flores creced, mientras la piedra esculpe gota a gota y el seco caminante y su derrota, que en vidrio quedará, arañan peñas: el caliz y el dolor- si los desdeñas- serán el manantial que al vaso brota. Enrique Sabaté Dos pequeñas variaciones sobre el mismo tema; la imagen es d

Graznidos de cuervo en la puerta cerrada

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Disculpen amigos si cierro la puerta, si dejo atrancado de pronto el acceso; excusen si el vate se toma un receso: voy arar mis campos, a regar la huerta Comprendan que el cuervo va a la descubierta por los labrantíos y el surco, el cantueso; con nuevos graznidos vendrá de regreso, más negras las plumas y el alma en oferta. Absuelvan sus dudas y perplejidades; no dure el proceso sino tres milenios, cifren sus promesas en ambigüedades. Si se comprometen, por quince quinquenios, como cualquier cosa, sin solemnidades. Cada día estrenen bríos primigenios.

Caballero andante

Al borde del abismo, pasmarote tenaz, en el barranco del aliento te inspiras como un remo en movimiento, hiriente, voluntad de galeote. Lunático convicto, audaz coyote, intrépido león que ruge al viento. Templado paladín sin escarmiento, forzado como tú no hay matalote. Bajel que en el torrente de los pasos encuentras singladuras liberales como otros hallan posos en sus vasos Quijote, sin envidias materiales, conoces la razón de tus fracasos: remata en consonantes y vocales.

Ya dije que escribiría uno de amor. Voces que se quedan en la garganta.

Otra de esas veces que se va la voz cuando no se dice que lo que se pretende mientras que el encanto embriaga y comprende, en cómodas dudas, su acierto feroz. Es sencillamente un gusto precoz que, maravillado, en tus labios se prende con ganas profusas; y dichoso enciende con prudencia escasa este rito atroz. No pido amnistías de arena violenta, ni clavos gloriosos, ni paz que torture. La risa es mi suerte y ella me contenta. Quiero tu alboroto y un gozo que dure tanto como un rayo en eterna tormenta; y un botón de nieve que nos lo asegure.

Una sátira sin maldad. Nadas veraniegas.

Omnipresente pereza , atópica ociosidad, madre de inactividad, retrátate con largueza, permíteme la proeza de vagar hora tras hora en inercia pecadora viviendo en la somnolencia con la mayor negligencia que se pueda aquí y ahora. Otros sean diligentes mostrándose laboriosos, solícitos, virtuosos en las cosas convenientes, activos y competentes, asiduos al compromiso que yo a todo soy remiso tirado como un zapato con más calor que mi gato que busca el fresco en el piso. Sé y me consta el beneficio de la labor responsable mas no me siento culpable no aplicando el ejercicio, mi destino es otro oficio que resulte descansado; consejero delegado en un mullido sillón con sueldo, sí, de un millón que será bien empleado. Quizá lo que pido es mucho, nada que otros mil no alcancen con padrinos que los lancen arriba como a un cartucho; yo toda propuesta escucho que aun siendo un pelafustán con alma de ganapán aspiro a mis ambiciones que aporto yo soluciones, las tengo y en estas van. Grave pro

Mañanas de sosiego

Estuve por aquí entre senderos que no llevan a nada ni hacen falta. Una pequeña línea de caléndulas en un viejo jardín abandonado. Me ata una pulsera de orgullosas campánulas dolientes y gladiolos. Oí una melodía de jilgueros humildes, virtuosos y brillantes, en juego de gorjeos y violines, amantes de una fábula inocente. Incauto, en el trapecio de mis pasos, me siento un arlequín, entre ajetreos de abejas productoras de dulzura, fervientes jornaleras de bondades, en esta placidez de la mañana.

Interpretaciones

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http://www.unpremioparamarcosana.org/ Intérprete del mar en adjetivos profundos como fosas abisales; apelas a las sílabas finales en índole de halagos posesivos. Se encuentran tus caracteres cautivos en suerte de valores esenciales sin ser ni más ni menos especiales: Comunes para el resto de los vivos. Disciernes el color de las botellas, con mensaje o sin él, tal que emisiones que no dicen porqué ni dejan huella. No dejas de imponer tus condiciones y el verso trae contigo tal querella que embarca en el error por alusiones.

Más lugares.

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Banco de piedra Todos los días inmóvil, a veces descansa en él algún viajero sin destino, yo lo veo desde donde espero que lleguen los turistas. Inconfundible y duro como los adoquines en los que se sustenta, camino y tabla cabal, termómetro del día. Solitario los días calurosos y más los fríos, sólo válido los días de otoño y primavera. A lo lejos las andanzas del cortejo nupcial. La universidad cisneriana, un sábado a las siete de la tarde, increiblemente solitaria, parece que se pusieron de acuerdo para salir del campo del objetivo de mi cámara. Los pasos buscando la sombra de la calle de los colegios, huidizos en lo que ayer fuera presidio y cuartel. Todo un símbolo de la España más negra en lo que un día y hoy son espacios del saber. No escribo versos, es verano y la galbana puede con mi inspiración.

Lugares por los que paso a diario.

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Reloj de sol Pasa la vida del hombre en el tiempo, su estación. Hoy cautiva su razón donde ayer perdiera el nombre, el adjetivo y pronombre. Sombra pueril y fugaz agua ligera en el caz. Cavila hazañas grandiosas: Ínfimas son estas cosas. La muerte es el capataz. Ladrillo y piedra Descansa tu piel viajero, tus viejos huesos cansados. Tus cabellos empapados de sol y sudor, te espero. Viandante pasajero llegado hasta este lugar Manda a tu sombra parar y escucha como silencia el barro toda presencia de tu tosco caminar. Lecciones del tiempo Hoy y ayer todo es quimera, sedentario o vagamundo, obediente o iracundo. En la enfática escalera de la solana a la era del árbol a la amapola. A la pena de una sola y errática dirección. En la nutrida ilusión de ser más que carambola. San Ignacio de Loyola en la piedra Fuente, zócalo, prefacio, cáliz de sagrada forma espada de fe y reforma de tiempo, devoción y espacio. Hoy las piedras de palacio no son lo que ayer solían, ni los rayos que traían amar

Heterodoxo

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Duele algunas veces ser tan diferente, parte de uno mismo, ave discordante. Sentirse Virgilio siendo el propio Dante, polilla en la noche, letra incongruente, humilde avelilla hábil e inconsciente. Aviso engañoso en un trato agudo, entre virtuosos ir siempre desnudo, agitado y loco sutil y ladino; y que te señalen por tu poco tino aquellos que quieren que te quedes mudo. Forma heterogénea, astro variable que recorre abruptos paisajes contrarios en vasos distintos de vicios diarios, pasar de lo oscuro y desagradable; con quien no te estima mostrarte amigable. Código de barras que nada organiza para una pizarra ser barra de tiza, dispuesto a ser todo menos juez injusto. Ser bastante monstruo y dar un buen susto, de algún universo la estrella nodriza.

Intentando versos

No encuentro las palabras, nuevamente coincido en el desliz de las figuras, me asalta el calambur en calenturas, observo mi pasión constantemente. Comprendo en inquietud más insistente la estancia de mis múltiples fisuras; disuelta en estas noches tan oscuras combina con más dudas en la mente. La búsqueda del sol quema lo escrito, deforma de perfil mi pensamiento y no halla su punzada de infinito. Proyecta un plano corto su aposento, en las líneas quebradas de mi grito que expresa trastornado lo que siento.

Sopa de palabras.

Era que se era un pájaro herido rotas sus dos alas que ya no son sueños sino dos secciones de un gran almacén. Dijo una señora: “¡que te vaya bien! en eso que pones tan grandes empeños, se te ve tan joven y estás tan perdido.” Ella se decía… esto es otra historia, no muy diferente sino comparable; opuesta en su seno, reglada al contrario. Ayer he comprado cierto diccionario que no aclara nada ni es un incunable de pequeñas citas faltas de memoria. Por la barbacana pasa tanta gente que estoy decidido a contar de nuevo lo que ayer contaba de un modo distinto. De tigre furioso me queda el instinto, mas por ser humano, discorde, me muevo tengo muchas ganas, lo sé, últimamente. Un resto me resta de rastro rebelde travieso y revuelto, amotinador, animoso y lábil, terco y turbulento Soy un torbellino, amarrado al viento, que no echa en olvido ser agitador, no esperando apenas que el seso se suelde. Con cada palabra voy soltando lastre, me digo a mí mismo que soy jacobino. Ando desde Jauja a l

Oblicuas y paralelas

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Me hablas un lenguaje tan preciso y significativo que tiendo a perderme camino de tu infinito, inserto en los idiomas peculiares ajenos a hombres y dioses, y sin embargo, tan cercanos a mí que darían una proximidad a mis horizontes. Son propios en sí, propios en conjuntos y subconjuntos típicos , enlazados en inconfundibles y adyacentes fronteras del inconsciente. Prueban en puridad los límites, casi exactos, que configuran una recta y sus vectores regidos por los términos impresos en la cabecera cardinal de tu sustancia. Sella conmigo y para mí los orbitales formularios en medio de una luz espectro atómica y supón que la cuántica es perversa en proporciones. Que su núcleo es divisible y se persigue como se busca un verano de cálidos atardeceres rojos y muy vagos; y sus medidas en la hoja de la acacia hacen que sea palpable el acento de los neones. Calcula que es elemental para no perjudicar el número indivisible por sí mismo y por su raíz. Reúnete o resúmete conmigo en la espiral viol

Acordes para una noche de San Juan

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Me atrapan tus ojos ardientes, extraños, quémame muy lento, como a un monigote, préndeme en su hoguera, -sin prisa-, con fuerza. Muérdeme la boca siquiera esta noche en la vivaz llama de San Juan. Oscura. Malgasta conmigo, las profanas voces, en la exuberancia del viejo aquelarre, tu figura móvil de rescoldo y goce. Tritura y fabula la historia, -ingeniosa-, la inmensa fatiga que raspa y me rompe. Fragmenta en el fuego las lenguas marchitas, háblame un lenguaje que nadie conoce. Deja el frío invierno marchito en la fragua, segaremos juntos los rojos carbones cuando en las antorchas la elegante Luna arribe imprudente sus nerviosas hoces. Un escalofrío de sal y amapolas vendrá de camino sin saber por dónde. Préstame tus alas joven hechicera. Devórame Mantis no te haré reproches, eres chispa y brasa en el mágico cosmos, y yo en tus espacios, sólo, un triste hombre. Yo puedo contarte si es que te apetece historias del fuego , que tú no conoces, de pueblos ignotos que nunca existieron, anti

Mi tiempo, el mío, a mí. 50 por mis 50

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Un mundo en sus elementos cósmicos y legendarios; planeta de solitarios censores sin argumentos; Atmosféricos portentos, prodigiosos asteroides. Ingenios que en solenoides -robótico sensuales- en dramáticos finales se presumen humanoides. Estupefactos dragones, vestigio de leviatanes, En embarazosos planes dan las taimadas opciones: Borrascas y anticiclones; son luchas por el poder, metas de hoy y de ayer, embargadas e inclementes, tupidas e inteligentes. ¿Qué nos debemos creer? Piensa que es todo tornado, tempestad de babilonia. Torrentes de colofonia En un diluvio atildado; es el hombre que anda errado por ventiscas ignorantes entre rezos militantes y pesadilla afiliada, carne de voto aliñada; figuritas diletantes. Es humo lo que se vende -en disfraz de ideología- poco más que fantasía que en cabeza hueca prende. La tempestad no se entiende. Nos sorprende el huracán. El delicado alacrán hunde su aguijón en vano en el anodino humano, trasmutado en edecán. Soy bastante nihilista debe s

El prisma de los tiempos

IV Se permiten la estafa, la usura, la encerrona, el ardid y el chantaje; el escarnio, la mofa, el ultraje. La violencia por toda cultura en provecho de la coyuntura. Se corrompen las urnas los votos si es absuelto en loor de devotos quien al cabo maneja el dinero aun se guie en flor de basurero. Hoy se llevan escrúpulos rotos. V Es conforme a derecho el apremio; la extorsión, la amenaza y el fraude son costes; y el timo se aplaude, nos gobierna de Hermes el gremio; el lengüeta es el digno de premio. Compatibles son Ate y Fortuna; campeando a sus anchas Hambruna que acompaña del brazo a Derroche. Opulento se muestra Fantoche si con Lerdo comparte tribuna. VI De los tiempos el prisma se muestra tan profuso en insignificancias de oropeles y falsas fragancias; es mediocre la llave maestra de apertura a la trampa siniestra. Aprobamos sin duda al pelele si en prime time nos lo dan por la tele. Que nos tomen por torpes muñecos ya está bien que no somos metecos de este Mundo; ¡qué esto ya hue

el prisma de los tiempos

El prisma de los tiempos I Admitimos palabras recortadas, exquisitas, vestidas de etiqueta que digan poco o nada, se respeta si vacías de ideas, limitadas resultando asequibles, delineadas. Interesan los textos más correctos, educados, formales, circunspectos; desprovistos de fondo y perspectiva, ordenados, con rumbo y con deriva. Se prohíben total: los insurrectos. II Se aceptan conceptos sin esencia, informes henchidos de ignorancia, porciones mundanas sin sustancia. Sujetos sumisos, con licencia, juiciosos que acaten la sentencia. Axiomas si no causan problemas, discursos cargados de anatemas, teorías secretas, desmesura, barnices que oculten la impostura, remilgos, melindres y pamemas. III Se autorizan mentira y engaño, integrismo parcial, disimulo. Son patentes la infamia y el bulo, el perjurio, el abuso y el daño. Se comprende el favor, el apaño. El cohecho es virtud y se alega. La honradez en ganancia se entrega cuando engrosa la cuenta corriente. Hoy es, todo, maniobra envolve

Azalais, con música

Sin que se me note me vi tan distante, Tan indiferente, tan roto y marcado, Tan esclarecido y tan asustado Como un molinillo de café al instante; Sin que se me vea fui tan disipado En el verde helado de tus peripecias, Redoma colmada de obscenas especias Las ganas de verte son cristal velado. Quizá te parezcan mis palabras necias O un rumor de olas, un ruido lejano, Una mariposa que muere en verano Y me da lo mismo si no las aprecias. Sabiendo que un día me diste la mano; Era necesario como arcón que guarda Las doradas telas de un humo que tarda En volverte loco con su olor insano. Igual que un borrico cargo con mi albarda Y ya no me importas, tan indiferente Como si no fueras el agua corriente Que no necesita quien su sed resguarda. Esta cancioncilla se muestra prudente, Ni se extralimita, ni te deja escusas; Es tan sólo un canto que las viejas musas Ponen en mi boca cercana y doliente.

Azalais, sin música.

Registraba el vaho de tus sentimientos en el daño de mis labios y un viento frío de niebla en el claro agitado de mi abierto deterioro emocional; sólo palabras desnaturalizadas salen de mi boca pero para que decirlas si no las escuchas. No pude convencerte: un pájaro herido no puede anidar bajo ningún tejado. No habrá invierno ni hielo que no atraiga mi mente fundida en desaliento Tú habrás pasado por mi vida sin detener el reloj del remiendo. Ahora que escucho derrumbarse los muros que nos sostenían -Sin música ni argumentos- puntuando los andamios grises, flacos y derrotados, tomo mis palabras, vuelvo a mi vida.

La gravedad de Urano, a Amparo dolida por que no la hemos comentado. También me pasa a mí cuando no me comentáis.

Te atrapa más no te engaña, irritantemente incauto, un laberinto conspicuo, en la gravedad de Urano. Incombustible tu aura -agrandando su tamaño- en la búsqueda constante de un símbolo ilimitado; en la estación de tu cosmos, sobre el caos del espacio, en el área interrumpida del alba de los mercados imaginas torpemente una inquietud sin atrasos. Como una lucha feroz -Polifemo sanguinario- reduces tu persistencia, en el número de agravios, a una batalla constante de aceptarte solo humano. El orden de tu existencia, es combate sin descanso, entre violentos girones de los perfumes más agrios, una sediciosa alfombra de conjuntos integrados; sin tregua vas del amor, ni quietud, al desengaño por no aliviar tu rudeza ni engendrar tu imaginario. Alternas con la discordia el cisma de los fracasos y sin romperte del todo hallas la paz tras los pactos. Inclemente para ti, solícito con tu daño, comprometes la armonía, aliado con los astros, en un aura sin preceptos ni falsos dioses soñados. Fausto

Principios matemáticos, A Gárgola.

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Dibújame un teorema consistente, sistema, que radique en el origen. Esbozo de las lógicas que rigen los hechos del guarismo continente. Simbólico lenguaje en la patente teoría de los números que erigen la regla conocida y se dirigen por medio de un contiguo pertinente. No hay nada que refute los factores que el método sin límite imagina, el área de la curva y sus vectores. Mas no se da la ley que determina los múltiples conjuntos y sectores que en modo de inferencia se elimina. Suponga que el complejo impar y primo es tal que fraccionado a conveniencia divide en la fusión a inteligencia y muestra las teorías en racimo. Valora el objetivo, monorrimo, en una paradójica valencia, que ampare en esta fórmula, secuencia, por una sucesión que no suprimo. Es todo lo que agrupo en el axioma de todo lo que expone el absoluto al orden de vacío al que se asoma El uno que es principio y atributo. Te otorgo in aeternum el diploma si el caso se resuelve en un minuto.

Mecánicas estelares

Exigencia suspensoria fuerza de cuerpos celestes, astrofísicas sus huestes, mecánica ondulatoria, radioactividad suasoria, relativismo infinito, determinante circuito de espacio y tiempo arbitral, categórico final. Filósofo gratuito. Contundentes conclusiones en elocuentes axiomas, discursos obvios de romas y bajas tardo facciones. Átomos versus protones, épico superlativos en imperios colectivos. Esclavos de fondo y forma según se dicta la norma con métodos coercitivos. Prudente al fin e inexacto en el equívoco juicio de corregir cada vicio, estricto per se y de facto. En conocimiento intacto sobre un rigor formidable. Extraes la variable desde un sofisma preclaro. Es como mínimo raro, conexo a lo comprobable.

Baldío

Los álamos del río andan batiendo en áridos desaires las fatigas estériles, de escuálidas hormigas, seguros que su vida es sólo arriendo. En tanto ir y venir que es minuendo, tramadas novelescas sus intrigas, combates de poder como mendigas. Pensad si es atributo o es remiendo. Caminos de locura rutinarios o estáticos conjuntos militantes, febriles a la par que imaginarios. Los tipos reintegrados o distantes, indicios de rastrojos fragmentarios, no son sino en cuestión itinerarios.

Preguntas sin propósito

¿Estriba la permanencia en lo eterno o indeleble, en lo flaco o en lo feble, consiste la contingencia en el estar, en la esencia, en el ser, en el sentir, en asentarse o partir, en el caos, el vacío, en el suyo, tuyo, mío? sueño sin poder dormir. Vendo palabras de acero en un mercado de plomo, cambio molibdeno y cromo por tu alegre sonajero, un peluche y dos te quiero; trueco un barco de vapor por una veleta en flor y un molinillo de horchata, por un borrador de nata y un acorde en do menor. Soy inquieto buhonero, un espacio transitorio; mi mente sin envoltorio es la pluma de un jilguero; iluso ropavejero, zarigüeya cantarina que en la rama de una encina ilustra una nueva estampa; as que descubre la trampa que ríe y no contamina. ¿Qué afán tiene la riqueza de abarcar plaza y estribo destripando arroz y olivo y hacer sangrar la corteza? ¿Es pétalo de pobreza el llanto de un ruiseñor que sin miedo a que el azor lo calle, a su amante canta, no es más verdad que así espanta sin miedo a su

Mordaz y poco exitoso.

Irónico burlón de su apariencia, batalla y polemiza con su aspecto, se muestra apaciguado y circunspecto, jocoso lidiador sin competencia. Se ríe de lo humano sin conciencia, brutal por superior es su intelecto sabiendo que tan sólo es un insecto quien peca de soberbia y suficiencia. Podrán los petulantes, con su orgullo, prender de vanidad jactancia y fuego sus torpes oropeles y fanfarrias. Son sólo esas bravatas un murmullo de falsa vanagloria, un fatuo juego del ego ultramontano, sus cazcarrias.

decimillas

Sin que me disponga a pensar ni nada va mi astracanada. bailaré la conga, habrá quien proponga otros bailes raros, como trajes caros del emperador, hágame un favor, encienda los faros. Salió decimilla que es mucho más fácil más rápida y grácil, como ensaladilla, casi seguidilla, canción popular que quiero dejar el arte mayor para otro señor que vaya a estudiar. Qué poca vergüenza de literatura es esta escritura, para que convenza mis ripiosa trenza de versos graciosos, son algo engañosos en velocidad, tontos en verdad y poco jocosos. Así me estaría dando la alpargata al cajón de lata casi todo el día, yo ni comería por estas conquistas, ahora a las vistas me marcho a vender a todo correr llagan los turistas. Si me queréis encontrar los domingos voy a la tienda de un amigo a echarle un mano en la plaza de san Diego de Alcalá en eso de vender recuerdos a los turistas.

Imperfecta afonía

Hoy caducaron las formas, las palabras, los silencios, los límites totales impuestos en origen. Hoy me perdí a mi mismo en el reto inamovible, un golpe de afonía dio paso a la rutina. Automática, Inerte, habitual, reglada y connivente. Hoy he sentido rabia, Costumbre, en mi retiro, en un daño imperfecto aislado en mi memoria. Hoy quise ser la maza que arranca las cadenas dispuesto a la victoria jugando en mi provecho, inhábiles engaños en un alma sincera de diseño ejecutable. Hoy fui de nuevo esquema en láminas vacías, una letra estampada en medio de un desierto, anilla innecesaria, un cable roto y negro, la órbita en el polvo sin curso formulado. Pensé, y me equivocaba, que en mi aterida mano, perpleja de vergüenza, saldaría el desamparo. Erraba nuevamente. Hoy quedé convencido que no hay si no mentiras Si todo es desaliento y al fin camino solo. El alba es tan mezquina que me habla de las carencias.

Ay Federico García

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Esmeralda arriba al agua con su farol de carmín, en sus ojos azabache el llanto de Boabdil. Una zozobra en las sienes de naufragio carmesí donde dibuja su pena tormentas de regaliz. La más bella flor de nieve en el reino nazarí con lágrimas de alabastro desgrana un aria sin fin. ¿Qué pena canta tu boca bella piedra de rubí? “Mataron a Federico poeta del Albaicín, con odio escupieron plomo de la boca de un fusil”. Ebrias de rencor y miedo, sus almas de canecrín, en las horas de la noche que la envidia es un pretil del puente de la codicia y el fanatismo infeliz, mataron a Federico espectros de azul y gris. El más vivo trovador que recorrió el Zacatín. No hay ángeles que no lloren lágrimas de ajonjolí, ni pañuelos encarnados, ni una letrilla infantil que no recuerde al poeta y su canto de Almuecín. La tierra que ahora lo acoge no ha dejado de sufrir. Mataron a Federico, hermosa flor nazarí. Esmeralda arriba al agua con la sombra de Boabdil.

Mayalde, bis.

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De nuevo los Mayalde y esta vez espero que si lo leen me perdonen la broma. Por cierto si podéis escuchadlos. Con Endovellico Y Vagadonnaego, -Ibéricos dioses- , llegaré a un acuerdo: agra Poemana guarda mis corderos. ya que Baelisto brilla más que el cielo. Dibus y Deabus, los dioses gemelos, dirijan mis pasos por los sitios bellos. Que por Sitiouio encuentre el sendero, nunca yo lo pierda aun sin ir sereno. Por Vael, el lobo, que en bosques y setos, en las arboledas, y en el monte espeso, para mis pesares siempre halle remedio. Sean valedores con Tuollo el genio -protector de hogares- Lida y Baraeco, Lug y Yaincoa, los muchos y buenos. Se aleje Tagotis, rey de los infiernos, viniendo Saur, maestro del hierro, el sabio Cerunnos junto a otros ancestros. Vengo a relataros, sin vagos conceptos, como son de veras los músicos estos, se llaman Mayalde -ya los conocemos- ellos que descienden de todos los pueblos. Desde los fogones traen sus instrumentos: tinajas de barro, mesas y calderos, a

A Mario Benedetti.

La muerte de un poeta sin lamentos. Palpable es el dolor y este es sentido, el ánimo se muestra compungido y lloran los claveles y el magnolio. Nos quedan sus palabras, cada folio, de amor por esta vida, el estampido de tantas construcciones literarias, su lucha, su combate, sus estrofas rebeldes contra, el mar de la injusticia, la fe de los tiranos, la estulticia de tantos nigromantes, y las fofas doctrinas del martirio. Funerarias mis frases, no pretenden ser lágrimas de duelo, mas se quieren libertarias, en este homenaje, luminarias, pequeñas lucecillas y candelas que anuncien los caminos y no velas vacías ni discursos religiosos, ni llanto de políticos pomposos, sólo sus oraciones incendiarias.

Mayalde

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Con unos borneos y algún ringurrango vienen los Mayalde desde Salamanca. Sus coplas relucen como estrella blanca: Pasodobles, polcas, jotas y fandangos. Con todo el cariño que de ayer se arranca, ritmo y armonía de antiguas canciones, llenan el hatillo de las sensaciones con gran maestría y mayor retranca. Cuajan los sentidos y las emociones de ojos a manos y de boca en boca. La peña de Francia no es sólo de roca es también aliento en la voz de sus sones. El tiempo pasado el ánimo evoca cuando se recibe de un pueblo en herencia, si son trasmitidos en buena conciencia en las gentes nuevas el alma trastroca. Son esos caminos de la inteligencia antiguos senderos donde fue la plata es la misma vida que a veces maltrata, mas ha de vivirse, es su consecuencia. En sus instrumentos de hoja de lata -tañe al buen tun tun la loza y el barro- la música suena, genios del cacharro, sea en la cocina o en la colegiata.

Payaso en la calle

Sin pistas, lonas ni carpas por oficio el de payaso en el mundo y anda escaso de garras, dientes y zarpas, es más de Bécquer y arpas, jácaras y melodías, mojigangas, fantasías de caballeros andantes, de rucios y rocinantes, son sus típicas manías. Él es el alba del genio, bufón burlón primigenio, festivo autor delicado, sentimental e inspirado flor nueva de este milenio. Un bombín verde de seda. Una mágica humareda le envuelve por toda gala. Su sonrisa la regala, dale, tú, alguna moneda. Virtuoso equilibrista en el mundanal trapecio donde sólo triunfa el necio, y el arrogante arribista. Nada para sí conquista, poca riqueza ambiciona, -un rey pero sin corona-, calor, luz y maravillas, carcajadas y cosquillas, mimo y solo una persona.

Palabras continuas.

Dichosas palabras en fondo de armario, unidas a otras, guiños musicales. ¿Dónde las encuentras? : En el diccionario. Son tan parecidas aun sin ser iguales que unas tras otras -como abecedario- en párvulas hojas o en amplios murales describen ingenios, penas y pasiones, borrascas del alma y sus anticiclones. A Almu.

Mis palabras vuestras. A vosotros.

A Ybris, Paquita y Merce. Dejo mis palabras desnudas y enteras, escasas –ya sabes- pero necesarias, intensas y breves, básicas, primarias, cortas en su origen aunque verdaderas. Rendidas y humildes, sencillas, certeras, profundas, sentidas y un tanto incendiarias, abiertas, capaces, menudas, gregarias, serenas, amargas, también compañeras. Tímidas, afables, tiernas y suaves, templadas, a ratos ásperas y duras, flexibles, violentas, amables, maduras, cándidas, honestas, muchas veces graves. Integras, tramposas, inexpertas naves en mares de tinta, tormentas oscuras, libres, licenciosas, torpes y seguras. Al tiempo cerrojos que en espacios llaves. Íntimas, secretas, caseras, lineales, estables, volubles, nerviosas e inquietas, frívolas y añejas, firmes, indiscretas. Algo conceptistas y más naturales. Rígidas y exactas, rudas, guturales, sobrias, disolutas, ebrias cuchufletas, grises, luminosas, justas, incompletas. Ora enaltecidas, pro nobis triviales. Pomposas y adustas, secas, petulante

Décimas jocosas o no tanto sobre la crisis mundial

Haré una punzante crónica, -sacada de mi petaca- , estilete, daga y faca, a la usanza macarrónica, energética, isotónica, en nada subliminal, con este instinto animal de asno siguiendo a Isis en estos tiempos de crisis, de la era digital. Quebró el banco y mi dinero, que invertido había en acciones, en manos de los patrones -con guante blanco y sombrero- del sistema financiero. Me quedé con mi hipoteca con más ruinas que un azteca y más perdido que el Maya. Me dicen: aguanta y calla. Mi cara ya es sólo mueca. Ellos hijos del oficio más viejo del mundo antiguo -del yo rezo y me santiguo- dispuestos al sacrificio ajeno, y al beneficio propio, consecuentemente empobrecen a otra gente. La crisis de esta manera saldo es de la clase obrera y el rico tan ricamente. Todo ajuste del mercado otra vuelta es más de tuerca, al que no pille de cerca tampoco es que esté salvado, puedo estar equivocado con este rollo marxista tópico y medio anarquista sin carnet y sin partido pero sé quien ha mentido

Comedia del arte nulo.

Bohemio y trotamundos tartamudo, viajero de Tetuán a La Latina, nervioso navegante de bolina en un mar de top manta y estornudo. Envuelto en el embrollo y el engrudo confundes arcabuz por carabina. Pierrot que siempre engaña Colombina. Convéncete que el caso es peliagudo. Andando que, los juegos son abismos, el paso del Estrecho tiene puertas y el hambre solución sin catecismos. Zozobra de aflicción si no despiertas, al punto, no serán sino espejismos -inanes marchas- por tus horas muertas.

Unas decimillas pa quitar hierro a la cosa.

Un payaso con bombín sube por una escalera lleva blanca la pechera y amarillo el calcetín, es clown de mucho postín. Un botón que es margarita de bella casiterita y un gigante zapatón de plástico azul marrón y un paraguas de ebonita. Sigue con sus payasadas bajo la artística pista no lo han de perder de vista que en dos o tres carcajadas deja sus cucamonadas y sus trucos por aquí esto me ha pasado a mí que soy también un bufón, un titiritero, un clown, un gallo kikirikí.

Con ganas de ser poema y se quedó en objección.

Hoy he visto la tarde dormida de nuevo. He profundizado un poco en las grandes simbiosis entre los adjetivos y las amapolas. Me han correspondido veintisiete participaciones en la pintiparada lotería de las divisiones ultramundanas. Un sol rojo, muy rojo, se deslizaba, se encogía como una pequeña araña por la montaña. No me está permitido, pero lo hago, encadeno uno a uno los fragmentos del firmamento y las porciones me salen sin proporciones, en la medida que no se ajusta. Cuanta razón tenía quien me lo dijo. “Tú no aflojes, ni te embeleses, ni te permitas, ni menudees, dosifícate muchacho. No seas cosa. No te importe si las estrellas son parte de una calcomanía o están colgadas de un hilo de seda y al final de ellas hay un anzuelo y un gran pez espada esgrime su florete contra el dueño del almacén”. Yo al final quise contestarle esto: sepa usted muy señor mío que todas las hipótesis hay que demostrarlas, si no, no, no pasan de ser meros intentos de motejar las ciencias y los espíritu

Salvemos el Henares y de paso el Jarama y otros ríos.

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Las coplas del río Henares. Vengo a cantarle a este río que nace en Sierra Ministra. Seguiré el curso del agua. Diré quien lo contamina. A la sombra de un nogal en Horna surge a la vida, cercado por una valla la autoridad nos lo dicta. En Sigüenza es donde pronto da comienzo su agonía que la actividad del hombre la suciedad precipita. Ya el cauce se encuentra sucio, ya la ribera perdida, navegando curso abajo pareciera alcantarilla. Al paso en Guadalajara no hablemos de porquerías, deben ser seres mutantes la fauna que el río habita. En Azuqueca no sé, disculpen la alegoría, esta copla se me vuelve tan negra como la tinta. La ribera de Alcalá poblada es -maravilla- de muebles y otros enseres que a alguno le sobraría. Es gran consideración la que a este río tenían los clásicos literatos: Cervantes y Juan de Hita. Uno plantó avena loca el otro a él se refería como el gran río del mundo. Ahora : ¿qué es lo qué dirían? Si no damos grandes voces ¿río quién te salvaría? si no paramos de echa

¿Pretérito para quién?

Todo un tipo que carga prejuicios, golondrino de nido alquilado, desertor de la vida y cruzado contra aquello que piensa son vicios. Si interesa la cosa, es pecado. ¿Qué es vivir sino hacer penitencia? Sus palabras dictando sentencia son, disculpa, pescado pasado. Aunque tiene a favor providencia que le presta su fe en lo absoluto si llamándome a mí disoluto se libera eficaz su conciencia. Yo que soy liberal no discuto si me acusa de ser un sectario no me importa quién rece un rosario, como no tengo fe, ni me inmuto. También dice: tu verso es becario de una fórmula ajada y añeja, un geranio colgado en la reja, Iletrado y cruel, legendario. Déjame que yo siga en mi queja con mis rimas, idas, delirantes, en el foro de los diletantes que del orbe moderno me aleja.

Senderos de estropajo y melamina.

Recorrer tanto camino... si en ellos algo aprendí de poco me sorprendí, tras de muchos desatinos con mis ojos peregrinos hube por fin de aprender que por todo acontecer es parte de esta justicia lo que a unos beneficia otros lo deben perder. Quien manda con frases hechas ordena de arriba abajo. El sendero es estropajo vaya a izquierdas o derechas. Ellos tienen sus cosechas y el indigente miseria. Quien al baile y a la feria se encamina venturoso. Exigir es peligroso, dicen que pecas de histeria. El mundo va así a la ruina por un capital menguado te llaman afortunado: tú puedes comer chacina y pasas por melanina. Ideólogo decadente ¿qué no tienes suficiente?. Eres filósofo escaso ya nadie a ti te hace caso. Vives a contracorriente. Ingenuo calamidad por apellido y por nombre ya no hay más crédulos hombre que fíen de tu verdad. Palomino de ciudad, predica en un parque a solas, ve a cantar tus carmañolas a otros tontos como tú. Anda vete a hacer vudú y déjate de virolas. Pregonas que es u

Presuntuoso

En la extrañeza de una tarde, sobre sí aquello era posible o no lo era, si a cada paso otro más veloz se iba superponiendo, como en una vieja fotografía con lo bordes dentados. Todo y nada, las pequeñas y las grandes pesadillas arrancadas del árbol de los frutos indiferentes. Una atolondrada mirada iba cediendo al tedio de no encontrar un sentido a la insignificancia. Quise ser martillo de nuevo, y me rompí como una figurilla de vidrio, como un vaso mojado de vino y circunstancias. Lo que iba sucediendo era sólo reflejo de mi mismo, una procesión en andas por los sueños de lo inoportuno. Creí que tender la mano era encontrar y nada me asía, tan sólo el cerebro pinchándome una y otra vez. Se escurría por mi garganta un sabor ocre y ceniciento, como falto de besos y manos amigas. Pero la verdad es que nunca las hay, al menos las que tu pensabas, luego llegan otras que amargan como las nueces cuando están verdes, como el soplo de un enojo sin causa alguna. Todo gira alrededor de uno mismo

Por el palo de las carencias.

Una luz postiza recorre las tardes en el vidrio verde de tus pocos daños, quisiera asomarse pero se antepone el recogimiento, místico y absurdo, de la extraordinaria psicosis vacía de todo elemento ridículo y breve. Resuelve el momento su intensa cadencia en los eslabones que nunca prolongan sino las licencias que no se merecen. A partir de ahora desembarazada de lo conveniente por lo imaginado en viejas labores que al partir terminan con la inteligencia de quien no comprende ni queda avisado por ser pillo suelto sin otra memoria que un muelle teñido bajo nueve palmos de tierra batida para regocijo de viejos viajeros. Será lo que quede de lo que fue origen de una desbandada que no será ausencia.

Una tarde escribiendo para ti.

Empezaré por la parte del principio, corresponde. La intención bien no se esconde ni se halla un rincón del arte: también yo quiero atraparte entre la espera y la duda en mi cama bien desnuda, expuesta y desmemoriada, agridulce y obstinada como una romanza muda. Descubierta en el trajín de sustraerte al misterio al patente gatuperio, incoherente palanquín, abstraída en mi magín de alegres irreverencias, palmarias inconveniencias de una notoria verdad que ostenta alguna bondad y no falsas apariencias. Intrigante en el nocturno anónimo del secreto, en el velado soneto de un poeta taciturno, mueve tú, ficha, es tu turno, despierta sin confusión en las garras de un león que imagina marionetas ligeras, raras cometas de un azul y un gris marengo, en su elevado abolengo de no ser sino bayeta. Maravilloso el esfuerzo que en el carro del prodigio, andrajoso en gorro frigio, con mi poco juicio ejerzo, polichinela de un cierzo, jinete de un nubarrón de un sortilegio marrón, trastrocado en un siro