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Mostrando entradas de enero, 2012

Artesano del verso. A Stella.

Si mis versos fueran buenos el público los leería quizá los editaría una editorial al menos los bolsillos tendría llenos de cordeles y de chinas en el cuello perlas finas mis concubinas llevaran y quizá me comentaran de Berlín a Filipinas. No ando de ingenio escaso ni de rapidez mental y sé que en elemental octósilabo me paso por el lenguaje y acaso tenga cierta maestría al colocar con oficio las palabras, ejercicio que se nombra artesanía. Mas eso no es ser poeta quizá bardo cantarín y trovero o repuntín o de la palabra esteta coplero soy que puñeta y no excelente tampoco suelto algún vocablo loco y tengo mente de noria o de puerta giratoria que hace mi verso barroco.

Sin condiciones preliminares

Aprendiz eterno en diversos oficios en una constante sin fin recurrente al origen propio causal y corriente de un metalenguaje lleno de artificios. Libre entre palabras de pocos prejuicios que no determinen la parte aprendiente ni en lo espiritoso ni en lo contingente ni en pocas virtudes ni en bastantes vicios. Sé de los acentos que no tienen tilde en la ortografía de unos pocos mapas dividido el mundo según Zoroastro. Siempre en mis labores se entreteje un rastro que me lleva al puerto de arrebatacapas donde el vanidoso se declara humilde.

Citas citables

Me gusta una cita que no diga nada, ni explique los mundos, ni sus ecuaciones ni en sus argumentos brinde soluciones aunque más me gusta cuando equivocada dirige su senda a la cierta trompada. Hay quien sus verdades dicta a voz en grito, otros sus mentiras dejan por escrito algunos expresan solemnes silencios, páramos helados de ojos recencios. Todos estos memos me importan un pito.   Yo y mi medianía de poeta flojo de escurridos versos de carne de angula en el mismo tono rebuzna la mula voces de sirenas en un desalojo, la nota chirriante que entona un cerrojo en palos que al agua me dejan los remos, tan lejos de centros como en los extremos en ripios que alcanzan grados absolutos resultando claros mis anacolutos lo que me sitúa en la lista de memos.

Agora rasa.

La plaza de empedrado y soportales esconde nuestra rosa de los vientos cansada de los pasos cenicientos que damos cada día y sus iguales. La prisa en los sujetos ordinales acaba en abultados fingimientos que abusan de unos métodos violentos impropios de inhumanos materiales. El huso del silencio en carne viva sin horas en el tedio de la siesta ni un tímido indolente que te escriba. El resto es la resaca de una fiesta en clara propiedad constitutiva de todas tus preguntas sin respuesta.

Quijote

Con rostro triste y del dolor vencido se acerca valeroso, aunque abatido, al curso de la noche más hiriente, con signos advertidos de demente; curioso, sorprendido y errabundo, utópico, guerrero vagabundo, quijote y caballero el más querido Atrás dejó quimeras inconclusas, ilógicas batallas aún confusas, de hazañas y de entuertos que deshizo. Inquieto nigromante  que en su hechizo la luna le señala y obsesiona; y esconda donde esconda su persona, le sigue en la derrota sin excusas. Errático galán  enamorado, platónico febril y alucinado, las damas que imaginan sus amores sublimes,  si le ofrecen sus favores, en duelos y quebrantos se figuran, le vencen, le lastiman y torturan; y al cabo por Cupido es derrotado.

El espíritu de la gaseosa

Veamos ahora que margen tenemos para dilatarnos en presente ubicuo en un universo vectorial oblicuo cuando el genio anhela lo que no sabemos. El papel glorioso de unos cuantos memos es acelerarse y mostrarse conspicuos en merecimientos absurdos e inicuos miden a los otros con propios baremos. Yo en mis opiniones ando siempre errado uso a trompicones palabras pomposas y aunque nunca acierte tampoco me enfado. Si guardáis secreto os cuento una cosa si me pasa esto invoco el sagrado espíritu vacuo de la gaseosa.
Decimillas locas en paparojote estrofas de bote me salen muy pocas, se me vuelven locas y en sus arrancadas dejan aparcadas mis otras miserias mis miedos e histerias se ven estancadas.