Así
Vestida de sirena y terciopelo su figura menuda y caprichosa disipada en la ortodoxia religiosa tras su fe de pecado y desconsuelo. Seguidilla que interpreta un violoncelo, amapola, jazmín, cardo y mimosa. Bizantina en negro, azul y rosa: No es una la esperanza con el cielo. Si es ciega una pasión, y nos condena, y atrapa entre los pliegues de la duda, es áspera la paz que se consigue. Sí pesan los errores, y la pena que arranca el corazón y nos desnuda. El mundo, en su veloz giro prosigue.